NOVELA: LA LUZ DIFÍCIL de Tomás González

 


Sexto Piso

150 páginas

Disponible en ebook

Después de leer este libro ( y ahora aclararé porqué no la llamo novela ), he buscado sin encontrarlas, referencias que me confirmasen que lo que nos cuenta en ella Tomás González es una historia personal. Sé que lo que voy a decir puede sonar infantil pero me resulta difícil imaginar que alguien, sin haberlo vivido, pueda contar una historia de un dolor tan íntimo, incluso me cuesta a pensar que pueda atreverse a hacerlo, yo no sería capaz.

El protagonista, David, forma con Sara su mujer una pareja tan perfecta como humana, libre, romántica, donde se funden el amor y la amistad. Tienen tres hijos, con los que viven en Nueva York tras unos años en Miami. Su vida cambiará el día que un terrible accidente convierta a Jacobo, el mayor, en un pozo de dolor. Lo que nos cuenta aquí, en estas pocas páginas, gira alrededor de su decisión de terminar con todo, ayudado por toda su familia.

La narración que González nos ofrece surge desde la rememoración del padre, ya anciano, en su retiro colombiano. Desde allí, recuerda aquella noche en que, desde la distancia, él y su mujer, esperaban las noticias que confirmasen el desenlace esperado. 

El ejercicio es riguroso, moviéndose entre la descripción meticulosa de los complejos sentimientos y una poesía empapada de tristeza. Porque naturalmente, esta historia es muy muy triste. Sin duda, la propuesta asume cierta estaticidad ( creo que la palabra no existe pero se entiende ), a pesar de que se incluyan generosamente diferentes anécdotas, pero tampoco hay profundidad en la narración del pasado. Y aun así, me agarra en un puño. 

Sólo una ligera pega. Partimos de un nivel tan elevado que es difícil mantenerlo hasta el final, y las páginas que narran los años de retiro, no consiguen la emoción que sí alcanzamos en el resto.

Pero por encima de todo, es un libro que explota de sinceridad. No sé, y vuelvo al inicio, el nivel de experiencia del autor con una tragedia de este nivel, pero sí estoy seguro de que la escritura ha tenido que ser en este caso un ejercicio de dolor y de generosidad inmenso.

Público

 

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