NOVELA/ DIARIO: PERDERSE de Annie Ernaux


Cabaret Voltaire

340 páginas

La literatura de Annie Ernaux, esa forma de desnudarse de una forma en ocasiones cruel consigo misma, me parece que cuenta siempre con la base de una inteligencia lúcida que, no es sólo capaz de exponerse sino también de perfilar con una precisión sorprendente, algo tan difícil de poner en palabras como los sentimientos en su aceptada temporalidad y siempre equilibrando la cercanía del sufrimiento con la distancia de conocer su banalidad a pesar de lo que duele.

Sus obras, generalmente muy breves, me impactan con la sensación de que hay mucho que encontrar en sus pocas páginas, su lectura tiene para mi mucho de descubrimiento. 

Esta sin embargo es una experiencia diferente.

Superando la cuarentena, Ernaux mantuvo una relación con un diplomático ruso bastante más joven que ella, básico intelectualmente y que nunca contuvo más que sexo. Sin embargo para la autora fue un desgarro de dos años. En su día escribió una novela al respecto. Y tiempo después encontró este diario en el que desahogó durante el tiempo de duración del romance, todo su dolor. Decidió publicarlo.

El resultado es tan sincero como toda su obra, también tan hermoso e inteligente en su escritura como es habitual. Sin embargo, para mi, pierde la esencialidad dado que precisamente su naturaleza está en lo repetitivo, es eso lo que convierte en incomprensible su atadura y magnífica su dolor por el absurdo. Pero no puedo evitar cierto cansancio.

No dudo del texto como ejercicio para mostrarnos, una vez más, la fragilidad de su fortaleza, su necesidad agónica de sentir, la inmensidad de un corazón confuso y desbordado. Ernaux sigue siendo ella. 

Pero en mi caso, prefiero sus navajazos a la agonía. 

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