Director de escena.-
David Serrano
Dirección musical.-
Joan Miquel Pérez
Intérpretes.-
Jan Buxaderas. Alejandro Mesa. Aisha Fay. Nil Carbonell. Jimmy Roca. Oscar Bustos. Andoni García. Tony Iniesta. Juno Kotto King. Leo Parlay. Pablo Raya. Rone Reinoso. Jessie Santos. Alvaro Siankope. Nyeleti Tomás. Kevin Tuku. Vanelyss Ventura. Nacho Porcar. Jorge Enrique Caballero. Alex Chavarri. David Albiol. Javier Aguilera
Ha pasado ya mucho tiempo desde que unos cuantos soñadores se empeñaron en traer el género musical a España. Recuerdo versiones voluntaristas y apretadas de Annie y My fair lady, también el carácter de acontecimiento de estrenos en Madrid de Evita y Jesucristo Superstar protagonizados por estrellas de la canción. Luego hubo incluso propuestas autóctonas como La maja de Goya. Supongo que esos fueron los cimientos y merecen un recuerdo. Porque todo ello está superado y hoy día, nuestra capital parece ser una referencia del género. Ya no sólo se estrenan montajes de clásicos o productos Disney, sino también otros en apariencia más locales o menos conocidos.
The Book of Mormon ha sido un éxito en Broadway y Londres, avalado por premios Tony y Laurence Olivier. El tema no parece en principio muy atractivo: una pareja de jóvenes antagónicos que se han preparado para ser misioneros mormones, reciben con sorpresa su primer destino, nada menos que Uganda. Allí tendrán que luchar con una población diezmada por el sida y los señores de la guerra. Sin embargo, el libreto está escrito por los creadores de South Park, esos dibujos tan divertidos como incorrectos. Y esto convierte la propuesta en algo totalmente diferente a lo esperado.
Desde el primer minuto la obra es totalmente irreverente, en las antípodas de lo políticamente correcto. Es capaz de reírse de la homosexualidad, del hiv, de la colonización, y por supuesto de la religión. Eso no quiere decir que haya una falta de respeto por estos temas, ni mucho menos, incluso podemos encontrar material para la reflexión aunque no creo que ese sea su principal objetivo.
Porque creo que su principal objetivo es divertir, o, un paso más atrás, defender que todo puede verse desde el punto de vista divertido. Y que no sólo reírse no es despectivo si no que puede funcionar como arma de resistencia.
La versión española es magnífica. Hay un cuidado estético en la puesta en escena. La dirección potencia el humor. Pero sobre todo, lo que eleva el nivel es el magnífico elenco, diecinueve actores/ cantantes/ bailarines capaces de cantar, bailar brillantes coreografías y hacernos creer que se lo están pasando muy bien haciendo que nos lo pasemos bien nosotros. Supongo que no es justo destacar a la pareja protagonista, Buxaderas y Mesa, pero creo que lo merecen.
The Book of Mormon es fantástica, una explosión vital, un espectáculo redondo. Luchar contra la trascendencia tal vez empiece a ser en estos tiempos una obligación.
Público
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