328 páginas
Disponible en ebook
Aunque no conozco toda su obra, he leído mucho a Álvaro Pombo y guardo buen recuerdo general de sus novelas, en especial, por ejemplo de El metro de platino iridiado. Me gusta su forma de escribir, añeja, algo didáctica, elegantemente cuidada en lo estético y maridando la reflexión con la narración.
Santander 1936 es un ejercicio de memoria. El autor no esconde los nombres de los protagonistas. Como explica en el epílogo, lo que nos ofrece es una ficción, dado que fabula sobre los sentimientos y conversaciones entre sus personajes, pero la base de lo que nos cuenta es que lo que realmente ocurrió en ese año y los dos previos, a algunos miembros de su familia.
Posiblemente podrá achacarse a Pombo cierta reiteración en ideas y conceptos y, algo habitual en él, el estatismo. Por decirlo claramente, la lectura no es amena, y sin embargo mi percepción de esta entrega es muy positiva.
Por un lado, en sus páginas encontramos un retrato muy claro de lo que era la sociedad de provincias de la época en nuestro país. El clasismo, la decadencia económica de una aristocracia tan frívola como poco práctica, la génesis de la lucha de clases, las disensiones dentro de las propias familias. En ese marco, la relación entre Álvaro Pombo ( tío del escritor ) y su padre, Cayo Pombo, camina en la comprensión mutua entre el republicanismo desengañado del uno y el ímpetu falangista del menor. En Santander 1936 veo un magnífica mixtura de como la memoria política de un país y la memoria íntima de quienes lo viven se funde, conformando lo que verdaderamente es la Historia.
Leyéndola entiendo mejor lo que ocurrió, creo que nunca leí nada tan cercano de esos días, nada tan personal. Y es de agradecer que el autor tenga la generosidad de regalarnos su propia memoria familiar.
Creo que posiblemente esta sea la forma más honesta de revisar el pasado, sin maniqueísmo, con mucha comprensión y con el dolor compartido de saber que el sufrimiento no conoce de ideologías.
Público
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