CINE: FALLEN LEAVES de Ari Kaurismaki

 

Finlandia 2023

Alma Poysti. Jussi Vatanen. Janne Hyytiainen. Nuppu Koivu

No soy un experto en el cine de Kaurismaki, pero me ocurrió algo muy particular con una de sus películas que define bastante mi opinión sobre su obra:

Había alquilado Nubes Pasajeras y, cuando comencé a verla, se estropeó el sonido del reproductor. No sé porqué, decidí seguir. Y me llevé la feliz sorpresa de poder seguir la historia con facilidad, con la sensación de que había llegado a entender el alma de esta propuesta. Porque una de las características más relevantes del cine del finlandés es su transparencia, la limpieza de su tierna mirada que lo emparenta de forma directa ( y reconocida por él, en la película que nos ocupa con el bello homenaje final ) al cine mudo. Tanto aquella como esta podrían ser obras de Chaplin o de Buster Keaton.

En Fallen Leaves opta por la comedia romántica, chico conoce chica, chico y chica no se encuentran cuando deberían, la vida da nuevas oportunidades a chico y chica. Y nos lo cuenta casi como un homenaje a su propio cine, un recordatorio de que él seguirá haciendo siempre el mismo. El escenario es de nuevo la ciudad inclemente donde la soledad y el vacío son una forma de vida para muchos y el trabajo algo alienante, pero en ese ambiente, también el amor y la solidaridad siguen siendo armas de resistencia frente a la desesperación. Los personajes, a menudo estáticos y parcos, nunca dejan de producirnos una gran ternura en su extrañamiento.

Y sea o no sea verdad, el cine nos permite hacerlo realidad. Por eso el cine merece también un homenaje, y Kaurismaki nos mete en una sala para ver un Jarsmuch gamberro, se permite una broma a costa de Godard y utiliza la música para resaltar los momentos románticos como en el mejor cine de Hollywood.

Todo en esta película es encantador y delicado, abierto, sencillo, cercano.  Es una gozada disfrutarla y me resulta imposible pensar que alguien salga del cine sin una sonrisa.

No. Kaurismaki no habla de cosas fáciles, y no olvida el fondo de la realidad con la guerra de Ucrania muy presente, pero es capaz de no olvidar nunca su amor a los desfavorecidos, y desde la pantalla les regala la felicidad, los hace grandes y nos invita a nosotros a ser humildes. Aunque no lo parezca, el director finlandés nos da mucho material para pensar.

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