NOVELA: EL HOMBRE DE LA GUERRA de Ramiro Pinilla

 

Tusquets

260 páginas

Disponible en ebook

Con esta novela de Ramiro Pinilla me he saltado una de mis normas ( que me la salto mucho, la verdad ) y es la de no leer obras póstumas que sus autores hayan decidido no publicar en vida

Y es que Pinilla me gusta mucho. Ya sólo su trilogía vasca, Verdes valles, rojas colinas, valdría una vida, pero además también escribió esa joya titulada Las hormigas ciegas y muchas más, buenas o menos buenas pero siempre interesantes, y con un manejo de la literatura que lo emparenta con los grandes.

El hombre de la guerra está ubicada en el mismo espacio que el resto de su obra, Getxo. También la textura es la misma, la de los tiempos grises que provienen de la guerra que, según su autor, nunca se ha terminado del todo.

Allí regresa el protagonista, Urko, quien vive en Inglaterra desde los nueve años, ante la urgente llamada de su Tía Flora. Cuando llega, ella acaba de morir. A partir de ahí, la historia se convierte en una novela de misterio, en la que el joven deberá de viajar a su pasado para intentar comprender lo que ha sucedido en su ausencia. La aparente monotonía de la vida cansada de un lugar teñido de la derrota de una guerra, esconde la oscuridad de secretos que nunca terminarán de esconderse lo suficiente como para que no terminen saliendo a flote.

El lenguaje es como siempre preciso y hermoso, con una densidad literaria que envuelve desde cada página. Leer a Pinilla es siempre placentero y los primeros capítulos de esta novela están a la altura de lo mejor que nos ha ofrecido.

El problema es que la historia se inscribe en el género negro, que el autor sólo había probado en la serie del inspector Samuel Esparta, excelente pero desde el punto de vista de la ironía. En este caso, el nivel es otro, el argumento es oscuro y los cimientos del conflicto tienen un potente nivel dramático. 

De hecho, el único pero que siempre le he puesto a su autor, es algunas soluciones narrativas artificiales ante su necesidad de que todas las piezas encajen siempre. Esto, llevado al género negro donde la esencia de lo que se cuenta es su claridad estructural, es un problema que se multiplica.

Por ello, se notan más ciertos fallos, algunas repeticiones explicativas, y el hecho de que el lector siempre sienta que va por delante del protagonista. Cuando llega la resolución, un poco melodramática, no llega a sorprender. 

El hombre de la guerra habla de una historia de amor que se desentierra para mostrarla con sus luces y sus sombras, detrás hay mucho sobre la España gris de esos momentos, sobre como perder una guerra en la que no se ha participado, sobre como la vida pasa sin dar segundas vueltas..... Estoy seguro de que, si Ramiro Pinilla la hubiese revisado antes de publicarla, hubiese alcanzado la grandeza que merecía. Tal y como la conocemos ahora, no es redonda, aunque haya merecido la pena reencontrarse con un magnífico autor.

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