Japón 2023
Soya Kurokawa. Hiragi Hinata. Sakura Ando. Eita. Mitsuki Takahaka. Yuko Tanaka. Shido Nakumara. Akihiro Kakuta
En los últimos años he visto casi toda la filmografía de
Kore Eda y creo que me gustan todas sus películas, algunas más como Nuestra
hermana pequeña o Un asunto de familia, otras sólo mucho. De hecho creo que soy
de los pocos a los que Broker le parece magnífica. Creo que nadie como él para
crear una montaña rusa emocional y para trabajar con la ternura.
Quizás el problema cuando conocemos mucho a un director con
contenido ligeramente recurrente, es que creemos saber lo que podemos esperar
de él. Monster, sobre todo en sus dos primeros tercios, no responde al modelo,
y quizás eso es lo que haya hecho que no todos la adoren como yo, porque, ya lo
digo, para mi es su película más compleja y una de las más sorprendentes.
La historia centra alrededor de un confuso caso de mala
praxis por parte de un profesor hacia uno de sus alumnos y de bulling donde no
terminan de estar claras las víctimas y los culpables. La narración se
divide en tres partes con diferentes visiones de los mismos hechos. En la
primera es la madre de uno de los muchachos el foco de atención, y en la
segunda, el profesor acusado. Lo que sorprende es que hasta aquí, la película
va adquiriendo los contornos de un thriller psicológico, incluso en algún caso
cercano al terror ante lo desconocido.
Sólo cuando en el tercer capítulo sean los niños los que
alcancen el protagonismo, esa ternura que esperábamos aparecerá, acompañada de
la luminosidad de la infancia. Kore Eda parece querer decirnos que somos los
adultos los que pervertimos ese mundo aun inocente, pero también nos recuerda
que la infancia no es un lugar siempre idílico, sino también un territorio
donde la búsqueda se ve muchas veces punteada por la confusión.
La construcción del guion es magnífica, la historia va
dejando caer sus capas hasta su corazón. Y cuando se alcanza, respiramos
después de la tensión que hasta entonces nos había creado. Que fantásticamente
escrito, encajando piezas y pidiéndonos la atención para captar los detalles,
incluso permitiéndose alguna aparente digresión que termina encajando
perfectamente en el conjunto.
Monstruo es un título que dice muchas cosas. Habla de un
juego pero quizás también de aquellos que invaden el mundo de los niños, o de
los monstruos que no lo son pero son juzgados como tales…
No sé cual será el futuro de estos personajes, presiento que
no será fácil pero que saldrán adelante, para salvarlos, podemos dejarlos congelados
en ese maravilloso final. Una vez más Kore Eda me ha recordado porque amo el
cine.
Público
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