CINE: LOS HIJOS DE LOS OTROS de Rebecca Zlotowski

 

Francia 2022

Virginie Efira. Roschdy Zem. Ciara Mastronianni. Anne Berest. Victor Lefebvre. Frederick Wiseman. Michel Zlotowski

La profusión de películas que llegan a nuestras pantallas, a veces para permanecer apenas unos días, a las que hay que sumar ahora los estrenos en plataformas, hace que en ocasiones nos perdamos obras valiosas que pasan desapercibidas.

En lugar de lamentarnos por la pérdida, congratulémonos por la sorpresa que nos encontramos ante algunos descubrimientos como me acaba de ocurrir a mi con esta magnífica cinta.

Los hijos de los otros trata de algún modo sobre la maternidad. En una visión simplista diríamos que nos habla de la dificultad de crear una nueva vida de pareja incorporando niños de alguno de sus miembros, pero sin las trampas propias del melodrama. La película de Zlotowski es mucho más rigurosa, más profunda y más importante en su aparente modestia.

En primer lugar, como ya he dicho, elude cualquier referencia al melodrama, tanto en lo que se refiere a la relación paternofilial como a los posibles problemas de la pareja protagonista. Es importante que a esta la retrata con meticulosidad y realismo, en su diferencia cultural, en su forma de entender el amor y su necesidad y, sobre todo, otorgándole la dimensión carnal que tantas veces parece estar ausente en los retratos que nos ofrecen películas más interesadas en poner el foco en lo emocional. La directora es capaz de ofrecer un marco completo y complejo sin que lo sexual prive de realidad y espacio a lo íntimo.

En este último aspecto, el retrato de la protagonista es tan delicado como minucioso. Una mujer que ve que la edad y algunos problemas de salud van a privarle de ser madre y que terminará comprendiendo que hay otras formas de generosidad que también culminarán con la posibilidad de dejar su huella en el mundo.

Además, otro aspecto que me enamora en esta historia es la elegancia de la puesta en escena. La cámara siempre está donde tiene que estar para dejarnos contemplar de forma transparente los sentimientos, y lo hace rodeándola de una elegancia visual que se empasta con el resto de elementos: la música, el montaje, la planificación... en este sentido, la recreación en las primeras secuencias del inicio de la relación es un prodigio.

Nunca es tarde. Los hijos de los otros es una película que debería de haber tenido muchísimo más peso en las pantallas. Yo me alegro de que lo haya encontrado en mi corazón.

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