250 páginas
Disponible en ebook
Leer a Faulkner es siempre un ejercicio esforzado de inmersión literaria, incluso cuando se trata de una obra aparentemente menor como podría ser este caso. Es también una aventura intelectual donde personalmente siempre sé que contaré con momentos de derrota aunque atrapado hasta la fascinación en la textura bíblica de sus historias y en la crónica de una sociedad que personalmente siempre me llevará a las películas en blanco y negro de tardes en casa y a las voces de doblajes engolados.
En este caso, el autor nos ofrece algo parecido a una novela negra de tintes racistas, provocada por el asesinato de un blanco con aparente culpable de color. Rememorando clásicos americanos como Huck Finn, los artífices de resolver la trama serán un muchacho, sobrino del abogado de la localidad, y una anciana solterona. La densidad de la narración nos contará muchas más cosas de las que podrían pensarse en la traslación lineal de los sucesos.
Y por supuesto, en su retrato del Sur, Faulkner nos enfrenta a la crueldad de la tradición, la comprensión de la historia enraizada en el alma de la tierra y común a cada uno de sus habitantes, como una antigua mitología necesitada de cierto respeto ante su derogación por esos nuevos dioses de libertad que se abren paso desde el Norte.
Que necesario, volver de vez en cuando a la grandeza de este tipo de literatura, esforzarse y sentir que siempre merece la pena.
Público
Comentarios