NOVELA: LA DANZA DEL TIGRE de Bjorn Kurtén

 

Plot Ediciones

330 páginas

No es la prehistoria una época que me atraiga especialmente. Sin embargo me han apasionado dos largas sagas situadas entonces, por un lado Los hijos de la tierra de Auel y por otro Las crónicas de la prehistoria de Michelle Paver. En ninguna de ellas tuve la sensación que a veces producen los anacronismos en las novelas históricas, al contrario, no me costó transportarme a esa era tan lejana.

La danza del tigre viene precedida de un prólogo de casi sesenta páginas a cargo de Juan Luis Arsuaga. Cuando la compré en la feria del libro, la librera me comentó que, en el mismo, se explicaba porque esta era una novela especial:  estaba escrita por un paleontólogo, lo que aseguraba la veracidad de su tratamiento de personajes y costumbres. No lo leí, siempre tengo miedo a entrar en la historia muy mediatizado. Me bastó creerme lo que me contaba la vendedora.

Aun así, tengo que reconocer que en algunos momentos me resultaba difícil trasladar a la visión que tengo de aquellos tiempos, algunas de las propuestas que utiliza el autor, como los tratamientos personales ( don, doña ) o conceptos como las vacaciones correspondientes a unos días de trabajo. Pero lo dicho: yo soy muy buen creyente, y más si la verdad viene avalada por un paleontólogo y una librera.

La historia se centra en la convivencia por lo visto temporal entre los sapiens y los neandertales y alrededor de la misma, se crea una trama de descubrimientos y venganzas que siempre resulta entretenida y en muchos momentos apasionantes. Apasionante es lo que ocurre pero también, entender el choque entre dos razas tan diferentes intentando, cada una, asegurarse la supervivencia. La minuciosa descripción de sus costumbres es posiblemente uno de los factores que convierten La danza del tigre en singular.

La descripción de los paisajes y el entorno es lo mejor del libro, que mantiene también una capa espiritual que, sin ser excesiva para perder la credibilidad, nos recuerda que es difícil llegar a un entendimiento absoluto y transparente de aquella civilización.

Es cierto que tengo la sensación de que Kurtén es más científico que novelista, y en ocasiones el folletín disloca ligeramente la trama. También el final me parece precipitado.

De todas maneras, no hay duda de que La danza del tigre es una buena novela, una lectura de aventuras con las que recobrar parte de la emoción de las lecturas de la infancia, y, por lo visto, una importante fuente de conocimiento que no podemos desdeñar. 

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