200 páginas
Disponible en ebook
A menudo nos encontramos con resurrecciones de obras de grandes autores que en su día quedaron en el olvido o que incluso no llegaron a publicarse. Personalmente soy bastante reacio aunque he caído algunas veces y ha habido pocas sorpresas: cuando un escritor con capacidad para publicar ha decidido prescindir de una obra o no le ha dedicado demasiada atención, generalmente es por algo.
Teniendo pendientes varios libros de Virginia Woolf, no sé porque me decidí por Entreactos,. No sabía que se había publicado póstumamente por su marido y que ella había alegado que no terminaba de estar contenta con una obra que consideraba superficial y necesitada de una última corrección.
La lectura no la he disfrutado como en su día lo hice con Las Olas o Mrs Dalloway. Sí encuentro a Woolf en la arañada suavidad de sus retratos de una familia acomodada que es capaz de vivir al margen de la realidad de sus propios sentimientos y, por supuesto, al margen de esa Segunda Guerra Mundial a punto de comenzar tras haber superado la Primera.
Sin embargo, no la encuentro en los largos y a mi entender insulsos parlamentos teatrales que suponen el centro de la propuesta.
No pasa nada, lo bueno compensa y, sobre todo, Woolf espera al final para poner, en apenas dos frases, toda su sabiduría, literaria y humana.
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