NOVELA: LOS DÍAS PERFECTOS de Jacobo Bergareche

 

Libros del Asteroide

175 páginas

Llego a Los días perfectos con las mejores referencias de críticas y amigos.

Me encuentro un libro que me produce sensaciones encontradas, extrañeza y cercanía.

Extrañeza por su forma y su libertad, un díptico epistolar que, anclado en referencias literarias, nada menos que Faulkner, se desarrolla sin necesidad de explicaciones ni de una conexión clara.

Cercanía porque habla, y muy bien, de sentimientos que todos hemos experimentado, que tienen mucho que ver con el amor y su agotamiento, pero sobre todo, en mi opinión, con sentirse vivo.

Un periodista desengañado y algo cínico, recala en Austin en un congreso irrelevante, con el objetivo de repetir el rito anual de disfrutar de cuatro días con su amante mexicana. A ella le escribirá la primera larga carta, rememorando al mejor novelista americano en la cronología de un día perfecto.

La segunda carta, desde la escala en Nueva York en el viaje de regreso, se la escribe a su mujer, madre de sus hijos. Y si en la primera hablaba de ilusión, aquí habla de amor gastado, del día a día, planteando la duda de si disfrazar la rutina sirve para algo.

Los días perfectos nos habla con claridad y sabiduría, exponiéndose el escritor posiblemente con mucho de su propia verdad, y en ello renuncia a la tensión por la reflexión.

Estoy seguro de que es un libro que gana en el recuerdo. Por su sinceridad, su capacidad de análisis, su buena literatura y su tristeza, sobre todo por su tristeza.

Público

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