350 páginas
Disponible en ebook.
La novela histórica es sin duda un género popular. A todos nos gusta viajar a otras épocas y tener una visión más cercana de otras épocas. El tema a tener en cuenta, es que, a cierta edad, todos hemos empezado a ser parte de la historia, que ya no es algo tan lejano. A fin de cuentas, todas las generaciones tienen unos acontecimientos que los marcan. Y la verdad es que los acontecimientos son cada vez más y van más rápido, o tal vez, más conocidos.
Pocas historias tan apasionantes como la metamorfosis de la URSS después de la caída del Muro de Berlín y el fin de las ideologías, pasando por la invasión del capitalismo más feroz, hasta el intento de la recuperación del imperio con Vladimir Putin convirtiéndose en un zar a la altura de sus antecesores.
De esto nos habla El mago del Kremlin.
Varin Baranov, el protagonista de esta historia, es al parecer un personaje más real de lo que parece, inspirado en Vladislav Surkov, empresario que se convirtió en uno de los consejeros más cercanos a Putin, casi capaz de dramatizar su ascenso como si se tratase de una película. Con una composición clásica y muy conocida ( será Baranov quien narre al escritor esa parte de su vida ), la novela es amena en su narrativa pero sobre todo, es muy rica a la hora de trasladar el alma rusa y de construir un perfil creíble del hombre que todavía a día de hoy, se ha convertido en uno de los seres más poderosos del planeta.
Pero sobre todo, El mago del Kremlin es una magnífica reflexión sobre el poder, y un dibujo sorprendente de cuando este crece dejando al margen cualquier ideología, eso sí, utilizándola como bandera.
Decía en el párrafo anterior que quien realmente es el motivo de este libro, sigue siendo un personaje fundamental en la política mundial, y es que, en este caso, la novela histórica lo es más que nunca, porque avanza hasta atropellarnos, como la propia Historia. Y así, también, nos ayuda a comprenderla, y a entender el hecho de que no es algo ajeno, que es parte de nuestra vida, que corre a nuestro lado.
Como siempre, la literatura es lo más parecido a la realidad.
Público
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