CINE: SPARTA de Ulrich Siedl

 

Austria 2022

Georg Friedrich. Hans Michael Rehberg. Florentina Elena Pop. Octavian Nicolae Cocis. Marius Ignat

Copio el inicio de entrada sobre Rímini. Primera película de este díptico:

"Ulrich Seidl es uno de los directores que retrata con mayor crudeza las miserias de Europa, como un continente que arrastra los pecados escondidos de un pasado por el que nunca se ha pedido perdón. Colonialismo, intimidad invadida en nombre de la religión, abusos, mercantilismo en la infancia, prostitución física y moral..... Su visión es tan cruel como, posiblemente cierta, aunque se le pueda achacar reducir su mirada a un único entorno, pero a cambio, es coherente con su vocación de hacer visible aquello que tantas veces se esconde,

A películas como Import/ Export o la trilogía Paraíso ( Amor, Fe y Esperanza ), se une ahora un díptico compuesto por dos películas: Rímini y Sparta que tiene en común el hecho de que los protagonistas de cada una de ellas sean hijos de un antiguo nazi que, envejeciendo en una residencia, guarda en sus recuerdos la gloria de antaño sin remordimientos."

En Sparta el hermano menor, intentará afrontar una oscura obsesión que le impide tener una vida afectiva convencional. Lo hará creando a su alrededor un espacio idílico, rememorando gestas de otro tiempo, pero que contrasta de forma explícita y agresiva con un entorno sórdido y oscuro, ahí, la aberración de su comportamiento, irradiará una extraña luz que nos hará sentirnos incómodos y forzar nuestro desprecio.

Porque Sparta nos sitúa en la misma encrucijada que lo hacía Mantícora, de Vermut: la ternura del monstruo, su humanidad, tener que reconocer que probablemente sea uno de los personajes más amables de la cinta. Escenas como la de los columpios o la pelea en la nieve, nos llevan a una empatía con el personaje que queremos que nos resulte repugnante.

Todo es perturbador en esta historia tan bien contada, tan meticulosa a la hora de trasladar la complejidad de los sentimientos con los que trata. Y lo es, sobre todo, por que sabemos que esa historia, que utiliza la textura del cuento infantil, de las historias de viejo profesor ayudando a la infancia,  cuanta con una terrible contradicción: quien parece el salvador es realmente el ogro.

El paralelismo con el nazismo aquí es claro, y es que tampoco podemos evitar conmovernos cuando en las últimas escenas, el padre, encerrado en su residencia y en su mente, llama a su madre. Al final tendremos que reconocer que nuestros monstruos son humanos, y no sé si eso los hace todavía más terribles.

Sparta es terrible, pero me parece una gran película.

Público

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