Debolsillo
450 páginas
No soy lector de libros de viajes y la verdad es que no sé
porqué. Hace poco hablaba aquí de El Danubio de Claudio Magris. Como disfrute ese
largo trayecto plagado de descripciones subjetivas, leyendas y trozos de
historia. Siempre he estado más cercano a la ficción, quizás esa haya sido la
barrera.
Comienzo Estambul con ganas de Orhan Pamuk con ganas del
autor. Me ha gustado mucho en muchas ocasiones y en concreto, me entusiasmaron
dos de sus novelas posteriores al Nobel: El Museo de la Inocencia y Una
sensación extraña. Sin embargo, la última, Las noches de la peste, ambiciosa y fascinante
en su planteamiento, me confundió por cierto desequilibrio.
Estambul es un recorrido por la ciudad turca, siempre desde
la subjetividad de la mirada de su autor y alejada absolutamente de cualquier
vestigio turístico. De hecho, está contada desde un presente montado en el
recuerdo personal, y por ello, no encontraremos la grandeza de esa urbe de
leyenda que enamoró a tantos viajeros, y de hecho, gran parte de sus páginas,
habitan en la decadencia, cercana a la ruina.
El Bósforo, las mezquitas, los suburbios…. Pero también
visitaremos la casa familiar de Pamuk, la historia de su peculiar familia,
también en plena decadencia. Y, finalmente, entraremos en el alma del autor y
en su vocación literaria.
El libro es una recapitulación íntima evocadora y hermosa
desde el punto de vista literario, y una confesión personal. Es un libro triste
aunque exista la esperanza, como también lo son las hermosas fotografías que
acompañan las páginas. Puede echarse de menos algo más de profundidad o algo
más de color, pero es el autor quien decide lo que quiere contar. Y tengo la
sensación de que aquí, comparte su confusión entre el rechazo y el apego a
Estambul, porque es lo que es y porque no es lo que fue.
Un hermoso ejercicio, en cualquier caso, generoso, que nos
acerca más a un novelista del que seguimos esperando más grandes novelas.
Comentarios