370 páginas
Disponible en ebook
El referente más clásico, tópico, es comparar cualquier narración de amplio alcance de origen oriental con Las 1001 Noches. El colorido y la fantasía, la profusión de personajes, las historias que se enganchan unas con otras.
En Salman Rushdie siempre he tenido la sensación de que esa pulsión imaginativa desbordada se acercaba a la India actual para dibujar una nación inmensa, brutal y brillante.
En este caso, nos remite a lo medieval, un pasado que comienza nada menos que con la creación de una ciudad y culmina cuatrocientos años después con su destrucción después de haber vivido varias edades doradas y tramas monárquicas de todos los niveles.
El personaje central, Pampa Kampana, recorrerá la historia como protagonista pero también como narradora, y con su participación, el libro se convierte también en una reflexión sobre el poder de las palabras como creadoras de una realidad.
Rushdie, desde sus primeras páginas, desde el primer párrafo, despliega su capacidad excesiva y bárbara de crear la belleza de los contadores de historias, de poner en pie un mundo maravilloso y en constante explosión donde cada nueva propuesta abre una puerta diferente. Hay complejas relaciones personales alrededor del poder y también pequeñas historias con textura de fábulas. Lo importante es que todas ellas encajan a la perfección conformando un fresco fascinante.
Sí, Ciudad Victoria puede remitir a Las 1001 Noches y a los grandes poemas épicos porque nace con la solidez y la fuerza de un clásico, Y todo, construido desde la palabra, el mayor hechizo que puede existir cuando está en manos de un mago.
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