280 páginas
Disponible en ebook
Anoxia es una novela tan extraña como sólida y coherente.
Podríamos decir que es una novela sobre la fotografía, la capacidad de captar el tiempo en una imagen, pero muy especialmente sobre una modalidad tan fascinante como oscura, la fotografía de difuntos.
Dolores, la protagonista, fotógrafa y viuda de fotógrafo, entra en contacto por casualidad con un anciano que ha dedicado gran parte de su vida a esa forma de retrato. El descubrimiento que poco a poco la va invadiendo, transformará su madurez solitaria pero no desde grandes acontecimientos sino en un camino pausado e íntimo en ocasiones habitado por aquellos que le rodean.
Creo que ese es el gran valor del texto de Hernández. Su historia, aparte de su originalidad temática, bordea en ocasiones el cuento de miedo y esconde un misterios cruel que nunca se llegará a resolver del todo, tiene en momentos elementos de thriller. Y sin embargo, su autor en ningún momento abandona su propio ritmo para acatar lo que se podría esperar del texto. Anoxia es fiel a si misma en todas y cada una de sus páginas y con ello se mueve en una densidad a la que nos invita si aceptamos la propuesta.
En esta narración tranquila se esconde mucha reflexión sobre la ausencia y la presencia, sobre la permanencia y el olvido y, en definitiva, sobre la vida. También retrata la derrota, no sólo en un alma sino en un paisaje, y la realidad que a veces habitan los fantasmas, aunque seamos nosotros quienes les proporcionamos la existencia.
En tiempos de literatura de consumo rápido, esta obra es un producto, como he dicho al principio, extraño, sorprendente, que a mi personalmente me devuelve la experiencia de una lectura plena y enriquecedora. Y además, lo he olvidado, me ha resultado apasionante.
No pretende más que ser ella misma. Y en su independencia, su singularidad, encontramos mucho de nosotros y un gran descanso.
¿ He dicho ya que me ha gustado mucho?
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Público
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