300 páginas
Disponible en ebook
Vamos por partes:
Tengo un buen amigo al que admira mi disciplina lectora: si
comienzo un libro lo termino, independientemente de lo que en algunos casos me
cueste. Yo siempre contesto que, en muchas ocasiones ( quizás no tantas, pero
no lo voy a reconocer ), la paciencia ha merecido la pena.
Quizás podría decir que este es uno de esos casos.
Y vamos a la segunda parte:
Antes de escribir esta entrada, busqué en este blog si había
escrito antes algo sobre alguna obra de Vila Matas. Encontré mi comentario
sobre Dublinesca. Me parece muy trasladable: juegos metaliterarios, ausencia de
cualquier convencionalidad, inteligencia e ironía, levedad. Esa sí, al parecer
la disfruté desde el principio.
Esta no.
De hecho tengo que reconocer que termino los dos primeros
largos capítulos, París y Cascáis, totalmente ajeno y falto de interés sobre el
texto.
Sí es verdad que, cuando llego al apartado de Montevideo, me
enreda en una fascinante intriga kafkiana que consigue atraparme. Es entonces
cuando pienso que ha merecido la pena esperar.
Más lo cierto es que a partir de ahí, me termino escapando
de nuevo y, tengo que reconocerlo, pierdo el interés. No, no tengo problema con
terminarlo, la escritura es ligera e inteligente y no es difícil dejarse
llevar, pero lo siento: no tengo la sensación de llegar a ningún sitio.
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Público
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