Tom Cruise. Jenifer Conelly. Val Kilmer. Jomh Hamm. Milles Teller. Glen Powell. Mónica Bárbaro. Jay Ellis. Lewis Pullman. Ed Harris. Danny Ramirez
Pues vamos a ser sinceros: si alguna película aparecía como el mejor ejemplo de cine americano industrial destinado a la taquilla, era este. Resucitar uno de los mayores blockbusters de la historia del cine casi treinta años después, resucitando de paso a una de las mayores estrellas juveniles del momento, retornándole, tras años de demostrar que es actor, a el mayor referente de lo que parecía intentar superar, parecía una maniobra de marketing absoluto.
De hecho, he tardado bastante a decidirme a verla.
Sin embargo, el resultado está muy por encima de lo esperado. Primero, porque lo que es realmente es un ejercicio de nostalgia, y segundo, porque está muy bien hecha.
Nostalgia desde los primeros minutos. Que fácil identificarse con este personaje que también ha envejecido para demostrarnos que todos podemos seguir siendo héroes. Que fácil sentirse en casa cuando todo nos suena a conocido, la rivalidad entre pilotos y mandos, la chica, los vuelos, incluso esos partidos exhibicionistas a pecho descubierto. Maverick es una fantasía masculina sin complejos, compuesto de retazos perfectamente ensamblados hasta llegar a ese beso final delante del coche que parece una postal.
Y este propósito está puesto en pie con profusión de recursos para poner en marcha nuestra adrenalina pero también con un guion transparente y simple, sin complicaciones, directo al objetivo, que es entretener al nuevo público y recordarnos al antiguo que aquello de lo que disfrutamos no estaba mal ni debemos de pedir perdón por ello.
Lo dicho, Top Gun Maverick, sí, es una buena película. Dejémonos de tonterías y apostemos por la convivencia.
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