CINE: BENEDICTION de Terence Davies

 

UK 2021

Jack Lowden. Catam Lynch. Kate Phillips. Peter Capaldi. Ben Daniels. Jeremy Irvine. Tom Blyth. Matthew Tennyson. Simon Rusell Beale. Julian Sands. Geraldine James

Desconocía la figura del poeta Siegfried Sassoon, al parecer un hombre que en su juventud, y tras un traumático paso por las trincheras, fue capaz de oponerse al bélico afán que en la Primera Guerra Mundial unía a toda Inglaterra frente a la posible invasión alemana. Abiertamente homosexual, de una sensibilidad extrema y una inseguridad en el amor que en ocasiones le hacía ser miserable, se decidió finalmente, como muchos, por un matrimonio que terminó siendo emocionalmente estéril.

Davies mira al personaje sin esconder sus zonas grises pero con una gran comprensión durante su juventud, que tal vez desaparece en los episodios de la vejez. Porque la historia combina esas dos etapas: por un lado, los años en que, tras su oposición a la guerra, fue internado en un psiquiatrico durante un tiempo para retornar después a la vida de cívil, y, complementariamente, el declive en un final en que perdió su generosidad con los que le rodeaban.

Aunque ese desarrollo histórico esté perfectamente intercalado con una caligrafía muy fluida y la elegancia que esta en la naturaleza de su director, podrían diferenciarse perfectamente dos actos.

En el primero, asistimos a tiempos que pretendían ser alegres, a pesar de las amenazas exteriores, para espiar a un colectivo, el homosexual en las clases altas, que también pretendía ser feliz, a pesar de ser conscientes de que nunca llegarían a ser totalmente aceptados. El fantasma de la condena a Oscar Wilde, sobrevuela la aparente agresividad y el patético desprecio que exudan desde su snobismo y que me produce tristeza y ternura. Al final, el matrimonio es una de las salidas, la otra, la soledad y hasta la autoparodia.

En el segundo, el más amargo, nos habla del fracaso, de la mirada hacia atrás recordando el dolor y la alegría, pero sobre todo aquellas elecciones que guiaron la vida a un lugar equivocado. Y se hace desde la furia, también desde la búsqueda en lugares tan dispares como la ira o la conversión al catolicismo. Siempre culpando a los demás y sin perdón, siempre con infinita tristeza.

Posiblemente ambas zonas estén unidas no sólo por el personaje central, sino también por la contemplación de la belleza fugaz y su pérdida. Eso que en la juventud es el refugio más sólido de esos proscritos de la sociedad, sin querer ser conscientes de su temporalidad, y que en la vejez es un anhelo tan doloroso como imposible. Esa belleza que la sensibilidad de Sassoon intentaba atrapar sin conseguirlo, desde que sus poemas hablaban de la muerte de tantos jóvenes en las trincheras.

Benediction es una película tan personal como sincera, hermosa en fondo y forma e infinitamente triste. Quizás sólo echo de menos que no me emocione como debería pero sí me conmueve y me hace recordar lo efímero. Una obra importante para entender o mejor dicho, para seguir haciéndose preguntas, sobre la vida.

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