450 páginas
Disponible en ebook
Es difícil calificar este libro como novela de forma contundente. Podría ser un ejercicio de periodismo, un ensayo, el último ejemplo de autoficción... Pero lo que también es difícil es evitar la referencia a A sangre fría, esa obra única de Truman Capote también basada en un crimen real y centrada en la figura de los asesinos.
En este caso, ocurrió en Roma, donde dos jóvenes de familias acomodadas, después de dos días drogándose y bebiendo sin freno, torturaron y terminaron con la vida de un muchacho de origen proletario, con una crueldad sorprendente y sin ningún motivo comprensible.
Desde el principio, el autor se identifica como narrador, investigador obsesionado con lo absurdo de la tragedia y como la suma de fatalidades puede conducir a un final irreversible. El paralelismo de la incertidumbre de su juventud con momentos de la vida de los jóvenes salvajes, así como la aparición de varios personajes que podrían haber ocupado el lugar de la víctima, crea el vértigo del destino y abunda en la incomprensión. La presencia de los secundarios ( familiares, amigos ... ) ahonda en la onda expansiva de sucesos tan terribles.
Lo que hace diferente esta propuesta es la presencia de la ciudad, de una Roma que el autor describe magníficamente con tonos entre góticos y mitológicos, cruzando la crónica con la narración de los sórdidos pasos de un turista holandés en las calles del pillaje y la decadencia. Este envoltorio, eleva sin duda la propuesta de Legioia. Sin embargo, tengo que decir que tengo un problema con la posible rigurosa escritura de los dos días de locura que culminan en el sacrificio: me resulta reiterativo aunque posiblemente cierto, ya que la acumulación vacía y el aburrimiento, posiblemente habrá tenido mucho que ver con el clímax, pero hubiese agradecido el uso de la elipsis.
La ciudad de los vivos definitivamente no es A sangre fría ( nada es A sangre fría ). Pero es un interesante ejemplo de literatura / crónica negra, tal vez lastrada por el hecho de intentar convertirse en una gran obra. Creo que le falta aire pero sí tiene mucho de literatura.
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Público
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