Ana de Armas. Andrew Brody. Sara Paxton. Bobby Cannavale. Xavier Samuel. Julianne Nicholson.Evan Williams. Toby Huss. Caspar Phillipson. Chris Lemmon. Dan Butler. Lucy DeVito. Ned Bellamy. Michael Masini. Spencer Garret. Eden Riegel. Tygh Runyan. Catherine Dent. Sonny Valicenti. Haley Webb. Ravil Isyanov
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Recuerdo la lectura de Blonde, la novela de Joyce Carol Oates en la que se basa esta película, como una experiencia oscura. Era densa, muy densa. Y sórdida. La mirada a su protagonista era distante hasta el punto de que no llegábamos a identificarla como un ser humano debajo del mito. Precisamente su sordidez provenía, no sólo de la crueldad de lo narrado, sino del hecho de que los sentimientos de Norma Jean quedasen totalmente al margen de las humillaciones a las que era sometida. El conjunto tenía una naturaleza de crónica cruel, centrada en un entorno concreto pero no tan definido como para perder su vocación de universalidad. La autora hablaba de poder, de la fama como paliativo frente a la carencia de amor, y del deseo como herramienta para alcanzarla. Y por supuesto de la creación del mito.
Domink asume la difícil tarea de adaptarla al cine y, como ocurre tantas veces, se ve obligado a traicionar algunos aspectos para mantener otros. Parece que lo que más le interesa es separar el mito de la persona, trasladar el abuso que tantas veces se esconde detrás del oro, y el dolor que unifica a los seres humanos, sea cual sea su situación frente al éxito. Para ello tiene que hacer a Marilyn Monroe mucho más cercana de lo que era en la novela, y lo consigue gracias a una Ana de Armas que realiza una interpretación tan magnífica como meticulosa, posiblemente más infantil que su referente, lo que acentúa su vulnerabilidad. Creo muy buena decisión replicar de forma mimética algunas de las escenas icónicas de la diosa, eso hace que la superficie sea muy reconocible y nos ayuda a asomarnos a lo escondido.
Con respecto al desarrollo narrativo, el director/ guionista se ve obligado a esquematizar. Así, las diferentes etapas de la vida de la actriz, se dibujan sólo en lo esencial pero dejando mucho fuera. Es suficiente aunque en algunos momentos, echamos de menos conocer más, a mi me pasa con el matrimonio Marilyn/ Arthur Miller. Pero está claro que se hacía necesario resumir a pesar de las casi tres horas de la película.
La consecuencia de esta decisión argumental es que, frente a la densidad de la novela y sus, creo recordar, más de quinientas páginas, la película nos produce una constante sensación de ligereza. También contribuye a ello cierto tono de sonambulismo con el que se mueven los personajes, en una superficialidad aparente. Para ello, se utiliza una caligrafía totalmente libre y perfectamente hilvanada, capaz de saltar del blanco y negro al color y mezclar diferentes formatos sin que apenas nos demos cuenta, todo ello con una belleza formal continua.
Blonde es una apuesta complicada. Desde el principio. Está muy lejos de la expectativa que puede crear en mucha gente ya que no tiene nada que ver con la biografía al uso. Pero a cambio, ofrece un excelente ejercicio cinematográfico y una historia que, si bien la contemplamos desde la lejanía, nos muestra el sufrimiento de una mujer que, seguramente, no fue la única en tener que crearse un reflejo en el espejo para sobrevivir en un mundo feroz.
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