170 páginas
Disponible en ebook
Todo ser humano tiene una historia que merece ser contada, incluso aquellos a los que habitualmente vemos en los márgenes. Siempre me han atraído los recorridos realizados por los inmigrantes. Desde nuestra situación más o menos estable, no nos paramos a imaginar la odisea que para todos ellos supone abandonar el lugar conocido, viajar a lo ignoto, integrarse en una sociedad diferente, aprender sus códigos, casi nacer de nuevo. Lejos del desprecio, admiración es lo que merecerían estos argonautas que han vivido, en la mayoría de los casos, su propio viaje al corazón de las tinieblas.
Brenda Navarro que en su anterior novela, Casas Vacías, dio voz a la maternidad como tragedia, aquí otorga al protagonismo a estas personas, casi con un compromiso personal. Utilizando como referencia el suicidio de la hermana de la protagonista, deja a esta contarse y contarnos, desde la desesperación ante la incomprensión, la injusticia y la frustración....
Nos habla de una forma desordenada pero completa y transparente, de su origen y las razones que propiciaron la marcha, primero de su madre y luego de los dos hermanos. Nos dibuja un entorno salvaje, inseguro y poco protector, donde ser mujer reduce considerablemente las posibilidades de supervivencia. Retrata a la perfección y con matices precisos, su estancia entre Madrid, primero, y Barcelona, después. Su búsqueda de trabajo y su verguenza, las relaciones inconclusas y la invasión de las presuntas salvadoras a la búsqueda de rédito personal.
La prosa de Navarro es una traslación perfecta del lenguaje oral, no descansa, se sostiene en la realidad y en una interpretación íntima de la misma llena de corazón y coloreada de rabia. Pero sobre todo es una novela tan valiente como necesaria que se atreve con una realidad que no es amable y en la que todos somos parte.
Después de sus dos primeras novelas sin duda nos encontramos ante una voz singular de la nueva narrativa latinoamericana, tan atrevida como comprometida, tan rica como real.
Público
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