CINE: TRECE VIDAS de Ron Howard

 

USA 2022

Viggo Mortensen. Colin Farrell. Joel Edgerton. Tom Bateman. Paul Gleeson. Lewis Fitzgerald. Vithaya Pansingram. Teeradon Supapunpinyu.

Ron Howard siempre ha sido lo que en Hollywood clásico se consideraba un buen artesano, un director conocedor del oficio y con capacidad de contar historias sin grandilocuencia ni ningún exceso. Ha transitado desde la comedia al drama con resultados notables en algún caso y con cierta querencia por los relatos de superación. Posiblemente pueda achacársele falta de personalidad pero no falla.

Parece por lo tanto en principio una elección correcta para llevar a la pantalla sin estridencias ni demasiados problemas esta odisea. En Tailandia, doce niños integrantes de un equipo de fútbol y su entrenador, se quedaron atrapados en una cueva por la inundación producida por los monzones. Su rescate implicó a casi cinco mil personas durante unos veinte días. Y la salvación final, fue gracias a una atrevida propuesta de un grupo de buceadores profesionales.

El guion tiene mucho de crónica coral, pocos personajes destacan aparte de los propios buceadores y a estos sólo se les permiten algunos apuntes que dibujan su personalidad y algún momento individual de protagonismo. Todo está bien encajado y se evita jugar con las emociones, lo que habría sido un recurso demasiado fácil.

El punto fuerte está en las escenas de buceo y la información que se nos va ofreciendo sobre su duración y la distancia recorrida, y es ahí donde realmente actúa Howard, siendo capaz de trasladarnos la claustrofobia y el miedo ante lo angustioso de la situación. También nos habla de los héroes, pero lo hace para mostrarnos la grandeza de la humildad, su rechazo a reconocimientos  y su vertiente cotidiana. Y, una vez más, lo hace sin recursos efectistas en lo que podría haber sido un desarrollo muy potente de la historia pero, posiblemente injusto con otros y poco riguroso.

A cambio, el director por supuesto renuncia a crear tensiones más allá que la del propio rescate, optando por una narración sobria que, en algún momento podría resultar monótona y un poco larga, pero francamente, la historia es tan grande que lo importante es que se conozca e inspire.

Una vez más por lo tanto, Howard cumple, y asume que lo que hicieron todos aquellos que participaron en esta fantástica muestra de solidaridad, está muy por encima de lo que podría mostrarse en una pantalla. Contarlo es una buena labor, y dejar el protagonismo a lo ocurrido, un signo de honestidad.

Público

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