TEATRO: LA CASA DE BERNARDA ALBA de Federico García Lorca

 

Director.- 

José Carlos Plaza

Intérpretes.-

Consuelo Trujillo. Rosario Pardo. Marina Salas. Ana Fernández. Ruth Gabriel. Montse Peidró. Zaira Montes. Mona Martínez

Creo que fue en el 83, mis primeros años en Madrid con hambre de teatro, cuando José Carlos Plaza estrenó en el Teatro Español su versión de la obra de Lorca con un reparto encabezado por Berta Riaza y Ana Belén. Fue un éxito, tanto que me resultó imposible conseguir entradas y siempre fue una cuenta pendiente.

A partir de ahí, hubo muchas más Bernardas. De hecho llegué a preguntarme alguna vez, si no eran ya demasiadas. Pero que duda cabe que nos encontramos ante uno de los textos más importantes de nuestro teatro.

Pues supongo que ha habido algo de nostalgia en la ilusión que me hacía ver lo que Plaza ofrecía casi cuarenta años después. 

Y tal vez esas expectativas han jugado en contra de mi apreciación.

El director opta por un escenario minimalista, casi una caverna, entendemos que a partir de ahí su labor se va a centrar en en el trabajo de las actrices y la belleza de las palabras. Pero echo de menos un trabajo real sobre la dramaturgia con situaciones no bien resueltas. Por ejemplo, Poncia comienza la obra con su monólogo, parece que hablando con el público. Y el acto final, sigue suponiéndome un problema que no he visto resuelto en ninguna versión ¿ como es posible que griten tanto las hermanas sin que su madre se despierte desde el primer momento?. Hay, eso sí, ciertos toques como la sensación continua de secretos y escuchas detrás de las paredes. Pero en general, y me extraña mucho, veo en el trabajo de Plaza cierto aire de desgana.

En la interpretación destaca Rosario Pardo. Trujillo es una Bernarda potente en imagen y físico, elegante y áspera, pero le falta un pico de acidez y fuerza, especialmente en la escena final. Marina Salas es una buena Adela salvo cuando en la furia perdemos algunas de sus palabras. Y bien el resto.

Hay corrección en lo demás, escenas bellas con una buena iluminación. Pero no, no es la Bernarda Alba definitiva que yo esperaba. Siempre queda la palabra de Lorca, su capacidad para retratar la miseria del interior de una sociedad marcada por el desprecio a la mujer y la hipocresía. Queda la tragedia escrita en poesía. Ya es mucho. 

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