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No soy lector de ensayo. No queda muy bien decirlo ¿no?, no es que no use la literatura para pensar, pero de otro modo.... no sé, suena a disculpa.
Pero durante la pasada Feria del Libro de Madrid, por consejo de mi amiga PR me hice con esta pequeña joya que he disfrutado mucho.
La autora nos guía por el turbulento mundo del amor y del deseo con todas sus variantes, aquellas más dañinas como la envidia o los celos, o más cercanas como la comprensión. Lo hace a través de los mitos, que con toda su riqueza pero, sobre todo, esa sabiduría esencial que existía cuando contar era una forma de entender, nos ofrecen ejemplos y puntos de partida para hacer más transparentes nuestros propios comportamientos.
Un Narciso y un Eros alejados de los tópicos y de las definiciones más tradicionales, nos ayudan a acercarnos más al alma humana, y lo hacen de una forma breve, precisa, fácil y cristalina.
Aterrizamos en verdades sorprendentes como la diferencia entre sabiduría y conocimiento o la relación entre el deseo y el odio y entre el erotismo y la belleza. Las palabras cobran todo su significado, alejado de toda frivolidad pero no por ello crípticas.
Como he dicho antes, he disfrutado muchísimo este ejercicio. Hay pocos juegos tan apasionantes como los intelectuales. Está claro.
Público
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