CINE: VAL de Ting Poo y Leo Scott

 

USA 2021

Documental

No sé si recuerdo los años ochenta porque realmente fueron especiales o porque lo fueron para mi, teniendo en cuenta que eran mis primeros años en Madrid, estudiando la carrera y con mucha más libertad de la que había tenido hasta entones.

El caso es que todo lo relacionado con esa década, tiene un tinte icónico, empapado de nostalgia. Es ahí donde se coloca Top Gun, película mítica de derroche de testosterona, y donde entra Val Kilmer, un actor joven, tan válido como Tom Cruise, o Sean Penn, o Kevin Bacon.... entonces.

Val es una especie de biografía del actor, ahora que, tras un cáncer de garganta que lo ha dejado sin voz, asume el fin de una carrera que nunca terminó de estar bien enfocada. Y lo primero que tenemos que decir es que es un documental extremadamente generoso, primero porque resulta que Kilmer fue de las primeras personas en contar con una cámara de video y filmar su vida con verdadera obsesión, y segundo, porque el actor, en un ejercicio de honestidad epidérmico, no tiene ningún problema con trasladarnos la decadencia en la que se ha convertido su vida, y aquellos momentos en que toda la fragilidad del tótem queda expuesta, convertido en un recordatorio de si mismo.

Dos horas son muy poco para contar una vida, la vida de alguien que fue una estrella. Es importante la selección de los momentos y del material, y por supuesto, es muy importante saber lo que se quiere contar. Soy consciente de que podemos universalizar Val  y asumirlo como un estudio sobre la liviandad del éxito, la superficialidad del entorno cinematográfico de esos años, la vacuidad de las leyendas o su eternidad como tales. Sin embargo, prefiero una lectura más singular, un homenaje a un personaje valiente. A alguien que no tiene miedo o que quiere aprovechar su última oportunidad para tocar el cielo. Ver esta propuesta, en definitiva, como el retrato de alguien concreto y una oportunidad para conocerlo mejor.

Por eso, salgo sorprendido al saber que Val Kilmer era un actor que estaba lejos del grupo de jóvenes promesas de la época porque él realmente lo que quería era hacer teatro y recitar a Shakespeare, y también, que, en los últimos años de su carrera, apostó todo por un proyecto personal alrededor de la figura de Mark Twain.

Hace unos días falleció Ray Liotta, otro de los referentes de esa época. Pero no hablo de los que tuvieron éxito si no de los que se quedaron ahí y por eso serán ochenteros siempre. Y, como no, parte de nuestra memoria. No soy mitómano pero ahí piezas que encajan en años determinados y, cundo desaparecen, me hacen mirar atrás y pensar que también por mi ha pasado el tiempo. Val es, desde ese punto de vista, en mi caso, un ejercicio de nostalgia que representa muchas cosas. Pero una vez más, recordemos que a los valientes se les pide mirar hacia adelante pero, realmente, muy pocos se atreven a mirar atrás. Val Kilmer lo hace, y nosotros con él.

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