CINE: COMPARTIMENTO Nº 6 de Juho Kuosmanen

 

Finlandia/Rusia/Estonia/Alemania 2021

Seidi Haarla. Yuriy Borisov. Yuliya Aug. Dinara Drukarova. Tomi Alatalo. Galina Petrova

No se si empiezo muy lejos, pero Sabina decía en una de sus canciones "hay amores eternos que duran lo que dura un corto invierno".

Compartimento Nº 6 tiene en su inicio algo de lugar conocido. Dos personajes aparentemente antagónicos coinciden de manera forzosa en un espacio cerrado, en este caso el departamento de un tren en el que tendrán que compartir destino. Como esperamos y hemos visto algunas veces, poco a poco se acortan las distancias y se produce el acercamiento. Pero no nos detengamos aquí: porque esta historia no se parece en nada más a ninguna que nos hayan contado.

En primer lugar está el escenario. El tren en el que viajan nuestros protagonistas, el viejo transiberiano, cruza paisajes de una Europa oscura, triste, perdida en la Historia. Últimamente, cuando veo alguna película que tiene lugar en estos espacios de la Europa del Este, tengo la sensación de estar contemplando ruinas, no sólo geográficas o arquitectónicas, sino ruinas morales que suponen la desaparición de todos los mapas, de todos los libros de instrucciones y guías. Es como contemplar un territorio de muertos vivientes, de hombres y mujeres perdidos. Así se dibujan Laura y Ljoha, sin ataduras pero también sin cimientos, montados en ese caballo cansado de metal cuya luz cruza la oscuridad que sólo mitiga el exceso de nieve.

Luego está la historia de amor. Porque bueno es reconocer ( y ya nos vamos acercando a Sabina ) que sí, a fin de cuentas, esta es una historia de amor. Pero nada convencional, porque lo que estás dos personas parecen sentir el uno por el otro es una fusión entre la necesidad de protección y el instinto de proteger. Pero también porque acercándose al otro, lo que verdaderamente parece que aprenden es a conocerse a si mismos y a aceptar sus propias realidades. Aunque nunca lleguemos a saber demasiado del pasado de ninguno de los dos, e incluso de sus razones, tengo la sensación pronto de entenderlos, y son tantos los matices que poco a poco vamos percibiendo que si no entenderlos, sí es sencillo aceptarlos y quererlos.

La realidad, oscura y claustrofóbica al principio, va destilando poesía. La imagen es pastosa, sucia en sus contornos, y aun así, Kuosmanen extrae una extraña belleza. Hasta que la belleza y la poesía se materializan en el destino. Allí en el Ártico, donde todo parece cobrar sentido. Porque es allí donde los dos viajeros entienden que lo que verdaderamente buscaban era a ellos mismos, y que su vida será diferente a partir de entonces porque dependerá de ellos y ahora han sabido que existe la luz. No sabemos ( perdón por el spoiler ) si volverán a verse, pero de lo que si podemos estar seguros es que, lo que ha ocurrido en este viaje, será eterno. ( Ya lo decía Sabina... ).

Compartimento Nº6 habla de la fragilidad, de la incertidumbre, de la necesidad de alimentar cualquier soledad de vez en cuando con la gasolina de la compañía. Habla en definitiva de vidas. Y habla muy bien. Me siento dentro. Me emociona lo epidérmico de su narración y me fascina su inteligencia al contarse. No es fácil, sino magnífica. Tal vez la metáfora o el retrato íntimo de un continente que tiene que encontrar un nuevo camino.

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