Director.-
Michael Petroni. James McTeigue. Kate Woods
Intérpretes.-
Mehdi Dehbi. Michelle Monaghan. Beau Bridges. John Ortiz. Jane Adams. Tomer Sisley. Stefania Owen. Sayyid El Alami.
Duración.-
10 capítulos. 50' C.U.
Netflix
El punto de partida de esta serie es bastante fascinante. ¿ Hay espacio hoy día para un nuevo mesías? ¿ como lo recibiríamos? ¿ sería aceptado? ¿ cual sería su vinculación con los movimientos políticos que se están desarrollando en el planeta, especialmente en aquellos territorios vinculados a su iconografía?.
Un personaje desconocido, hace su aparición en Palestina en medio de una manifestación. Pronto se convierte en un líder que sin duda remite a la nueva venida. Parece entonces que el conflicto va a centrarse en la causa israelí, pero no es así, el planteamiento es más universal. A partir de este hecho, la figura viajará a los EEUU aumentando la tensión generada entre aquellos cuerpos de investigación que lo consideran un elemento peligroso para la estabilidad mundial, posiblemente vinculado a la política soviética.
A la serie se le puede echar en cara ser permisiva con su coherencia interna, algo que es fácil cuando el juego de la verdad se mantiene en tinieblas, haciéndonos bascular de forma constante de uno a otro lado. Es un mesías o es un agente infiltrado.
Pero aceptada esa premisa, la narración está perfectamente estructurada, tanto en el movimiento conjunto como en la utilización de individualidades para hacer avanzar la historia.
Me gusta mucho la traslación de como se recibiría hoy día un acontecimiento de esta magnitud, la emoción efervescente, la empatía superficial inmediata, la fe y el olvido y la necesidad por parte de los seres humanos de algo en que creer. Quizás ese sea uno de los fondos más importantes de Messiah, la imposibilidad de vivir de verdad sin creer en algo, en contraste con la trampa de las falsas creencias.
La serie en conjunto, me resulta apasionante. Tanto que estoy dispuesto a perdonar sus posibles trucos y a esperar ansioso la segunda temporada. Creo que será difícil seguir moviéndose en este ligero equilibrio. Pero tal vez nos sorprenda. El producto es, en este caso, un fantástico entretenimiento sobre el que también, si nos apetece, podemos incluso debatir.
Público
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