Danica Curcic. Alex Horg Andersen. Fanny Bornedal. Bertrand Bisgaard. Ella Josephine. Caspar Phillipson. Morten Surbaalle. Maria Rosing.
Netflix
En 1945 un escuadrón de la RFA tenía un objetivo: bombardear el centro de control de la Gestapo en Copenhague. El error de algunos de los pilotos hizo que el edificio finalmente bombardeado fuese un colegio. La tragedia se saldó con un número importante de fallecidos, de los cuales, más de ochenta eran niños.
Que difícil narrar este episodio sin caer en el tremendismo
ni ampliar la carga dramática de lo ocurrido. Esta película lo consigue, sin
por ello evitarnos ni un gramo de la verdad de lo sucedido y sus consecuencias.
El guion se estructura de una forma coral alrededor de
diferentes personajes, un colaboracionista, una monja, un espía introducido
entre los presos, varios pilotos…. Todos ellos tienen su espacio y la narración
consigue que, por muy reducido que sea, consigamos empatizar con su dolor. Con
todo ellos y esta técnica contrapuntista, se dibuja un cuadro mucho más
completo del que seguramente tendríamos con una propuesta más lineal.
Pero sin duda el protagonismo está en los niños. Ellos son
los que de algún modo conforman la columna vertebral de la cinta, su fragilidad
los convierte en las víctimas más dolorosas y, no sé si, gracias a los tres
magníficos interpretes infantiles o a lo bien escrita que esta su parte, la
credibilidad es absoluta, alejada de la impostura que en ocasiones adquieren
los más pequeños en películas de adultos.
Por lo demás, visualmente, el director opta por una
caligrafía reposada y elegante donde el retrato íntimo conjuga a la perfección
con la espectacularidad de algunas escenas.
Hoy día, El bombardeo es una película que nos llega más que
nunca. Ucrania está sufriendo una guerra tan absurda como salvaje, increíble en
nuestra época. Y estas dos horas nos recuerdan que al final, las verdaderas
víctimas serán siempre los civiles. Aquellos que no sabían porque la lucha había
venido a destrozar su existencia, cual era la razón de su sufrimiento. Es increíble
pensar que la humanidad haya aprendido tan poco.
Comentarios