NOVELA: ENCRUCIJADAS de Jonathan Franzen

 

Salamandra

640 páginas

Disponible en ebook.

He releído mis comentarios en este blog sobre obras anteriores de Franzen: Las Correcciones, Libertad, Pureza. En las tres hacía mención a la misma característica común, la facultad narradora del autor. Y, al mismo tiempo, no puedo recordar la trama de ninguna de ellas. 

Encrucijadas me produce también la sensación de las grandes novelas. Entro sabiendo que va a ser un viaje largo por sus seiscientas páginas. Los personajes me parecen personas, son elaborados, complejos. Las historias se enlazan, todas con entidad, perfectamente encajadas en la trama global, aunque cualquiera de ellas podría ser independiente. En definitiva, una de esas novelas que, en definitiva, cuentan la vida.

En este caso, nos situamos en una pequeña comunidad americana en los años setenta. Un mundo tradicional, compuesto alrededor de la religión y de instituciones como la familia, se enfrenta a los cambios de una libertad contestaria frente a situaciones como Vietnam. Es el momento de cuestionarse si los principios son tan sólidos como parecían.. 

En ese entorno, los protagonistas, los cinco miembro de la familia de un predicador, se enfrentan a situaciones individuales y conjuntas que encaminarán su vida por diferentes caminos. También en estos seguirán enredados y, sobre todo, seguirán en la misma fragilidad. Durante los meses en que les conocemos, habrá cambios importantes, brutales en algún caso, pero tampoco el final habla de estabilidad. La familia se ha reorganizado, los poderes, las situaciones, las obligaciones... Pero al concluir somos conscientes de que la historia podría volver a empezar y tendría la misma densidad. 

El autor es un perfecto cirujano de las emociones, capaz de dibujarlas y entenderlas en su inconsistencia y su mutabilidad. Sus tramas son psicológicamente apasionantes, en este caso con la religión como telón de fondo, la relación de las personas con la divinidad guiando la relación entre ellos.

Disfruto durante las más de seiscientas páginas. Recorro la novela entrando en profundidad. La experiencia es la de los libros que me enamoran pero, sobre todo, más que el propio libro, lo valioso es la experiencia de la lectura como algo que atrapa, que envuelve, que apasiona. No sé si he conseguido explicar el matiz, es importante.

Tal vez por eso no recuerdo las tramas de sus obras y, posiblemente, en un tiempo olvidaré también esta. Pero no olvidare las magnificas situaciones que he recibido leyéndola. Franzen es, sí, un gran narrador, eso lo emparenta con genios como Steinbeck. El tiempo dirá si están a la misma altura.

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Público 

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