Jude Hill. Catriona Balfe. Jamie Dornan. Judi Dench. Cioran Hicks. Lewis McAskie. Lena McDonnell. Gerard Horan.
Desde que sorprendió al mundo con su vocación de ser el próximo Laurence Olivier, Kenneth Bragnah ha tenido una carrera bastante errática. Pasar de interpretar a Shakespeare a decorar a Agatha Christie puede parecer mínimamente coherente si en medio no apareciesen Marvel, Mary Shelley y muchas otras referencias.
Tengo que reconocer que le tengo simpatía. Me gusta su vocación teatral y sus referencias literarias. Me alegra por lo tanto que haya vuelto a primera línea con esta memoria de su niñez en la capital norirlandesa antes del traslado de su familia a Inglaterra.
Por lo que se refiere a la película, no es la primera en la que un autor habla de su niñez. Pero Belfast no es Los 400 golpes. Bragnah opta por una mirada ligera donde la violencia, tanto del entorno como en el seno del matrimonio de sus padres, está planteada como un elemento para hacer avanzar la trama. Porque lo que verdaderamente parece interesarle es captar la fugacidad de la felicidad en esos años, y la fraternidad que existía en ese lugar antes de que se recrudeciesen los conflictos religiosos. También tiene mucho de homenaje a sus progenitores, donde hay que aplaudir que huya de la idealización.
La cinta es irregular. Pero, sin duda, es también encantadora.
Las escenas iniciales de convivencia en esa calle que funciona casi como un escenario teatral, el rostro de ese niño capaz de una interpretación soberbia, su ingenuidad, su sorpresa, su historia de amor, y todas las escenas en que participa la siempre soberbia Judi Dench. Es difícil en estos casos no sentirse atrapado por la ternura y el cariño que destilan.
Además, la caligrafía de Bragnah siempre ha sido eficaz, directa y estéticamente atractiva. Aquí, el blanco y negro, se llena de matices en su traslación de lo cotidiano, y los paisajes son tan evocadores como hermosos.
Belfast creo que es un éxito algo sobrevalorado pero también creo que puede merecerlo ya que la experiencia de gozarla es superior a la propia película.
Público
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