TEATRO: LO FINGIDO VERDADERO de Lope de Vega

Director.-

Lluis Homar.

Intérpretes.-

Israel Elejalde. Arturo Querejeta. Paco Pozo. Maria Besant. Silvia Acosta. Montse Diez. Miguel Huertas. José Ramón Iglesias. Ignacio Jiménez. Alvaro de Juan. Jorge Merino. Aisa Pérez. Verónica Ronda. Ana Sánchez. Eva Trancón

Compañía Nacional de Teatro Clásico.

No sé muy bien como calificar esta obra de Lope de Vega. Extraña, quizás extravagante, ¿valiente?, ¿ arriesgada?, ¿ pretendía el autor un ejercicio de modernidad, una pequeña revolución? ¿ era un juego no perfeccionado?. Nunca lo sabremos. Queda la obra.

Lo fingido verdadero parece hacer mención al metateatro, a la representación, algo que sin duda está presente durante toda la obra, pero narrativamente ocupa sólo una de las tres partes casi independientes que la componen, porque su mayor singularidad es precisamente la sensación de que esta obra son tres y que la pluma de Lope pasa de una a la siguiente con una facilidad pasmosa, creando un conjunto tan sorprendente y nuevo como fascinante.

Situada en la Roma de los césares, todo comienza con un ejercicio casi shakespereano sobre el poder en el que asistimos a una rápida sucesión de derrocamientos de gobernantes. 

En la segunda parte, conocemos a Ginés, un famoso comediante al que Diocleciano, ya en el trono, querrá conocer. En la obra que este, con su compañía, realiza para su entretenimiento, se producirá un ejercicio de vida y teatro, alrededor del drama amoroso de los protagonistas. 

Y con un salto sin red, llegamos a la tercera jornada. En este caso, un drama religioso con aparición angelical y martirio, pero sobre todo con el discurso más tradicional, acorde con su época, aquella en que España era la reserva espiritual de Europa.

El conjunto sin duda es difícil. Y hay muchas posibilidades de estrellarse. Sin embargo, Homar consigue lo contrario. Opta por una versión despojada y contemporánea aunque con ciertos toques de extrañamiento en el vestuario, una iluminación perfecta y sobre todo, una dicción del verso trasparente y clara. 

El director saca lo mejor de la propuesta y creo que es fundamentalmente gracias a dos factores. Por un lado, un conjunto de actores de gran riqueza, donde es punta de lanza Elejalde, cada vez más lleno de matices. Por otro, el que se toma la obra muy en serio, a pesar de lo que podría tener de disparatada. 

La Compañía Nacional de Teatro Clásico apuesta esta vez por un texto que no era fácil, y sale ganador. Arriesgar debe de ser también una de las opciones de un teatro nacional. Y en ese contexto, yo he disfrutado, mucho, con ese verbo que cuando está tan bien contado, es al mismo tiempo, música y poesía.

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