NOVELA: EL HIJO DEL CHOFER de Jordi Amat

 

Tusquets

250 páginas

Disponible en ebook.

Entre la novela histórica y la literatura de no ficción está el peso de la realidad. Difícil debe de ser renunciar a la elucubración, a acercarse a la ficción e imaginar lo sucedido más allá de los hechos, especialmente cuando contamos con personajes tan contundentes como los de esta obra. Jordi Amat consigue superar la tentación. El hijo del chofer es el paradigma del rigor, la crónica.

Cuando además, aquello de lo que se habla es algo que te ha tocado vivir, te produce varias sensaciones:

Por un lado la de entender que la Historia ya te ha alcanzado, que el territorio vivido se ha convertido ya en material de estudio, que esos años son ya piezas necesarias para comprender el presente e intuir el futuro.

Por otro, la sorpresa de correr las cortinas, de asumir que aquello que tu creías vivir era sólo una parte mínima de lo que se estaba desarrollando a vuestro alrededor y, por supuesto, influyendo en una existencia que tu considerabas libre.

La trama comienza en Cataluña en los últimos años del franquismo y recorre la transición, los primeros años de la democracia, aquellos en que España se había convertido en el país donde más fácil era hacerse millonario, la aparente madurez, la actualidad con el auge del independentismo. Lo hace alrededor de un personaje fascinante y deleznable, un fantoche poderoso con la categoría de un protagonista shakespereano, un frustrado Ricardo III convertido en venenoso bufón, un ser tan autodestructivo como potente. Alfons Quinta, un periodista surgido de la humildad, el hijo del chófer de Josep Pla, y podrido por la amargura. Amat comenta en el epílogo que su objetivo era narrar el mal, personalmente creo que el mal que nos cuenta no es Quinta sino lo que lo invade, como una entidad corruptora e independiente, el periodista no tiene la grandeza que el mal debería de implicar, sino la miserabilidad con la que ese mal castiga a sus acólitos.

La historia se centra fundamentalmente en el desarrollo de la Generalitat y, en concreto, del puyolismo como nueva monarquía autonómica buscando perpetuarse en un ejercicio patético de linaje. Pero la extensión de lo que cuenta va más, allá. El dibujo no es sólo regional, sino nacional.   

Precisamente, lo que más me interesa de este excelente ejercicio de realidad, no sólo es él, sino el entorno. Ese país en transformación, borracho de lo que creía libertad, enmarañado en la búsqueda del lucro y en las guerras de poder. Escenario perfecto para el desarrollo de personajes abyectos, vulgares buscavidas, ladrones de guante blanco, seres capaces de convertir la política y el futuro de un país en una guerra cruenta de patio de colegio.

Y entonces me recuerdo, nos recuerdo, convencidos de que estábamos en el camino correcto. Sin enterarnos. Hasta que un escritor, tan buen escritor y tan riguroso como Amat, ha venido a contarnos nuestra historia.

Pulsa AQUÍ para adquirir esta novela

Público 

Comentarios