TEATRO ( NATIONAL THEATRE AT HOME): CAT ON A HOT TIN ROOF de Tenesse Williams

 

Director.-

Benedict Andrews

Intérpretes.-

Sienna Miller. Jack O'Connell. Colm Meaney. Lisa Palfrey. Richard Hansell. Hayley Squires.

Young Vic

National Theatre at Home

Además de la edulcorada película de Richard Brooks, he visto dos versiones de esta obra. Una muy mala, hace mucho tiempo en Madrid, con Carmen Elias y Eusebio Poncela, otra muy buena, en Londres en los años ochenta con Lindsay Duncan. Esta última optaba por una representación fiel en texto y localización. Ni siquiera en este último caso, que recuerdo como una excelente representación, tengo la sensación de haber percibido la excelencia del texto como me ha ocurrido en este caso. 

Vayamos por partes.

Andrews dirigió también una versión de Un tranvía llamado deseo que el National Theatre incluyó durante el confinamiento en sus regalos. Admitiendo su corrección, me pareció que la deslocalización no ayudaba y la dirección era muy obvia.

Las líneas principales son las mismas pero lo que no funcionaba en aquella, aquí no perjudica. El escenario se vacía de casi todo salvo lo esencial, una cama y una ducha. Dos referencias muy claras a la explícita sexualidad que acompañará la representación en los desnudos de sus protagonistas. El resto es fondo e iluminación. 

Al margen de rechazar las referencias al entorno geográfico del original, también hay cierta modernización que, si no tiene ninguna importancia en el uso del móvil, por ejemplo, si lo tiene en la vulgarización de los personajes. Tal vez sea este un paralelismo con la representación obvia del Tranvía, pero, una vez más, aquí funciona.

El caso es que, lo que se nos ofrece es la obra, el texto en toda su extensión, con transparencia y, al mismo tiempo, con todos sus matices. He descubierto, más allá del drama de la pareja protagonista y del magnate enfermo terminal, una radiografía extensa y cruel de la familia, de la difícil convivencia de los miedos y la amargura de cada miembro, de la necesidad de ser querido y la imposibilidad de definir todas las relaciones humanas de forma precisa... También me fascina la perfección de su estructura, de su construcción dramática.

Por lo que respecta a la interpretación, siempre tengo problemas con Maggie, con su nivel de agresividad. Que difícil el equilibrio. Sienna Miller tiene un físico perfecto y le ayuda asumir la vulgaridad que el director impone a su personaje. No es perfecta pero si una Maggie más que correcta y muy atractiva. O' Connell es un buen Brick y el resto están muy bien, aunque es inevitable destacar a Meaney y a Palfrey por la intensidad de sus papeles.

En definitiva, tenemos la posibilidad de asistir a una representación que nos recuerda la maestría de Tenesse Williams como constructor dramático y su capacidad para, a través de los diálogos, poner ante nuestros ojos la confusión y el desconcierto del alma humana. Una interpretación personal, no perfecta, pero con mucho que aplaudir.

Público

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