POESÍA: NOCHE FIEL Y VIRTUOSA de Louise Gluck

 

Visor

180 páginas

Descubrí a Gluck gracias al Premio Nobel.

No soy un lector habitual de poesía y sin embargo, a medida que me hago mayor, cada vez me inspira más la suavidad de las palabras cuando se convierten protagonistas y trasladan al papel su sabiduría.

En el caso de Louise Gluck, la belleza va pareja a la lucidez, su capacidad de extraer de la realidad esos jirones que llevan a la realidad a trascender, y a aparecer ante nuestros ojos con una grandeza extraña porque está empapada de humildad.

En Noche fiel y virtuosa, la poetisa es una mujer anciana y serena, que desde su tranquilidad, observa y recuerda. Mira a la muerte cara a cara, con la desaparición de algunas personas queridas pero también cierta sensación de fin de viaje. Esta vez, por primera vez, utiliza también la prosa, aquí la densidad es mayor, en contraste con la limpieza de los versos, pero la capacidad de evocación, de tocar nuestra alma, es la misma.

Esta lectura es para mi un precioso descanso. Una experiencia que me hace despegarme de todo y entrar en una intimidad delicada con el mundo, respetándolo más que nunca, necesitándolo y, en una forma misteriosa, comprendiendo nuestra incapacidad para aprehenderlo globalmente pero no para coleccionar esas preciosas piezas donde la materialidad de los objetos, la naturaleza o el paisaje, se tiñen de sentimientos creando momentos único de verdad.

Leer a Louise Gluck, algo que seguiré haciendo mientras vida, es un lugar donde la literatura llega a su máximo nivel.

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