CINE: THE NEST de Sean Durkin

 

UK 2020

Jude Law. Carrie Coon. Charlie Shotwell. Anne Reid. Michael Culkin. Bernardo Santos. Oliver Gatz

Años 80.
Rory y su mujer viven en los EEUU. Tienen dos hijos y una vida estable. No son una familia idílica si es que eso existe. Son un matrimonio que se lleva bien, que discute, que sin duda en ocasiones se odia y en otras son felices juntos. Una pareja normal, en definitiva, que parecen contar con un halo de triunfadores, tan habitual en aquella década.

Todo comienza con su mudanza a Inglaterra por razones laborales del marido. Va a regresar a su país para ganar mucho dinero, y esta nueva etapa de su vida comenzará en una mansión victoriana, tan impresionante como anacrónica para ellos.

Sean Durkin escribe y dirige, y en ambos niveles tiene importantes aciertos.

Me gusta mucho como el guion va, poco a poco, desvelando información, y mostrándonos nuevas caras de sus personajes, de su pasado y de como han llegado a ser lo que soy, y también, de cual es la realidad detrás del uniforme de apariencias, en este sentido, es perfecto retratando esos años de ambición y ruptura con lo tradicional. También valoro mucho la sutileza a la hora de no subrayar aspectos que liquida con una sola escena o una frase, siendo relevantes. Es importante que la forma de narrar deje espacio al espectador para realizar su propia construcción. Siempre me ha gustado, desde ese punto de vista, sentirme parte de la historia, empatizo mucho más cuando llego a mis propias conclusiones.

Como director, Durkin opta por un modelo arriesgado y es vestir la cinta de thriller de terror psicológico. Desde el minuto uno, con esa música, esos planos fijos del vacío, el ambiente de amenaza está presente en todo momento, creando una sensación de inquietud constante. Incluso, hay acciones donde no existe explicación, más allá de darle a la trama un nivel simbólico. En este sentido, el caserón funciona a la perfección como escenario, remitiendo a lo gótico y adquiriendo casi una personalidad propia.

Porque lo cierto es que la película nos habla de la fragilidad de esas estructuras que consideramos tan estables, y a las que, con cierta ironía se refiere el título, El Nido, impregnadas de nuestras mochilas, miedos e inseguridades. El final es abierto, desconcertante y demoledor. Estoy seguro de que decepcionará a muchos. A mi me parece perfectamente coherente con la sensación de derrota, de ruinas, de demolición. Pensemos que desde ahí sólo queda construir. 

El director/ guionista consigue generar una textura sucia, malsana, pero también, dejar espacio para la ternura. Extraño. Al final su moraleja sería que los seres humanos, en nuestros peores momentos, somos más dignos de compasión que de castigo. 

Público 

         

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