CINE: LA CRÖNICA FRANCESA de Wes Anderson

 

USA 2021

Bill Murray, Benicio del Toro. Adrian Brody. Tilda Swinton. Frances McDomart, Willem Dafoe. Elizabeth Moss. Jeffrey Wright. Timothee Chalamet. Lea Seydoux. Owen Wilson. Mathieu Amalric. Lyna Khoudri. Saoirse Roman. Steve Park. Christof Waltz. Edward Norton.

Las películas de Wes Anderson son películas claramente de Wes Anderson, que perogrullada ¿no?, pero comprensible: las películas de Anderson responden de forma clara y transparente a su forma de contar, a su visión del mundo como un lugar rico, colorista e ingenuo, y se traducen en una caligrafía libre, veloz y brillante. Cercano a la estética del comic, yo personalmente lo encuentro más cercano a esos libros pop up que tanto nos gustaba de niños y donde las páginas se abrían en construcciones inesperadas. De hecho, una de mis películas favoritas de su filmografía es la magnífica Isla de Perros, un juego de animación que compone un ejercicio de creatividad fantástico.

He leído críticas, casi la mayoría, que explican su decepción con La crónica francesa en el exceso de Anderson. Acusan a su autor de complacencia, de repetición, de borrachera de su propio estilo. Una vez más, no estoy de acuerdo con las críticas aunque es cierto que no creo que esta sea ni de lejos una de las buenas películas de su autor.

La historia se basa en la revista New Yorker, una preciosa publicación donde escribieron relatos gran parte de los escritores americanos contemporáneos y que marcó con sus críticas y su estética a cierta intelectualidad americana con una mirada en Europa. Lo hace a través de tres narraciones contadas por tres reporteros excéntricos. Y el problema para mi es de contenido: ninguna de las tres historias llega a interesarme demasiado, incluso la última me resulta un poco confusa. En cuanto a la estética, precisamente me falta Anderson. Hay movimientos inteligentes, escenas corales muy bien coregrafiadas, pero `la mezcla de color y blanco y negro apuesta demasiado por el segundo y echo de menos su fantástica textura de tonos chillones. La incorporación de un montaje de animación en la tercera narración, queda como un hallazgo aislado y descordinado con el resto.

La decepción viene de que, por primera vez, Anderson no sorprende, o sorprende poco, e incluso, llega a aburrir en algún momento. Y lo peor es que tenía material: las portadas con las que se cierran los títulos de crédito son Anderson puso, como lo son las escenas corales en la redacción y ese fantástico principio a costa de Owen Wilson.

Queda un juguete algo averiado, una colección de actores excelentes en colaboraciones menores, y algunos logros. No. No creo que Anderson se haya excedido en su estilo. El Gran Hotel Budapest era Anderson puso, un derroche de principio a fin, y era magnífica. Su gramática es precisamente el exceso, y en eso no falla. Espero que se recupere, que vuelva a desbordarse, sin complejos, que no intente cambiar. Su personalidad es única y muchas de sus obras también.

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