TEATRO ( NATIONAL THEATRE AT HOME): ROMEO & JULIET de William Shakespeare

 

Director.-

Simon Godwin

Intérpretes.-

Jessie Buckley. Josh O'Connor. Tamsin Grieg. Fisayo Akinade. Adrian Lester. Lucian Msamati. Deborah Finlay,

National Theatre at Home.

Una de las consecuencias de la pandemia, fue descubrir otra manera de ver teatro. El National Theatre británico, ofreció de forma gratuita una obra semanal durante el tiempo del confinamiento, y en nuestro país, Escenario 0 nació como una propuesta muy interesante de teatro filmado que, esperemos, tenga continuidad. Hubo algunos regalos más por parte del Globe Theatre, Pentación Producciones etc.

Personalmente disfruté, no sólo de la posibilidad de no renunciar al teatro durante esos días de encierro, sino también de acceder a producciones muy interesantes, hasta entonces lejos de mis posibilidades. Frankestein, Ralph Fiennes, una obra tan grande como Small Island.... fue, como he dicho al principio, un descubrimiento, y me he dicho ¿ porqué no?. 

National Theatre at Home ofrece esa posibilidad con un catálogo importante y variado. 

Podría decirse que este Romeo & Julieta no es exactamente teatro filmado. Surge de la imposibilidad de llevar a cabo la representación prevista y, como alternativa, se grabó en los días de confinamiento, pero no de forma continuada. Está más cerca de Escenario 0, en el sentido de que aprovecha las posibilidades del ejercicio fílmico, pero sin olvidar que es un proyecto teatral.

El resultado comienza siendo sorprendente y termina siendo excelente.

Todo comienza con la entrada de los actores en el backstage del teatro vacío. Recuerda este inicio a Vania en la calle 42 de Louis Malle y, como en aquella, cuando llevamos unos minutos escuchando el texto, ya nos hemos olvidado de que no estamos en Verona. 

La versión es ágil, actualizada y concentrada en lo esencial para llevarla a una adecuada duración de hora y media, y durante ese tiempo, el director hace un uso magistral de los espacios, moviéndose entre habitaciones vacías con estética fabril y su ligera transformación con unos pocos elementos, y un tránsito entre ellos inteligente,  vital. El resultado es una propuesta que se mueve entre la estética del ensayo y una creatividad brutal llena de talento y de inteligencia. Escenas como la de la pelea, el baile o el balcón, son magistrales, el montaje del enamoramiento con imágenes de juegos entre los dos actores no puede resultar más eficaz y más tierno, y no olvidemos el sutil cambio que, con muy poco,  sufre la participación de Maldovio en el desenlace de la tragedia

Por supuesto, uno de los factores de su perfección y su frescura, son los intérpretes comprometidos en una creación tan solida como matizada. Es imposible no destacar la química entre Josh O'Connor y Jessie Buckley, pero están fantásticamente acompañados.

Siempre digo lo mismo: no voy a abandonar las salas, pero no por ello debemos de renunciar a aumentar nuestras posibilidades de gozar con propuestas culturales, propuestas como estas lo justifican sin duda.

Público

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