NOVELA: LA LLAMA INMORTAL DE STEPHEN CRANE de Paul Auster

 

Seix Barral

1050 páginas

Disponible en ebook.

Todavía estaba en el colegio cuando mi padre me regaló La roja insignia del valor. Recuerdo que fue un libro difícil del que no salí entusiasmado. Me confundían las acciones, todo era ruido. Tengo un recuerdo confuso de la confusión que me produjo. Lo olvidé, ante la idea de que su autor, del que sabía que había muerto joven, no había escrito nada más que mereciese la pena.

Murió joven, sí. Pero la segunda creencia, sobre su obra, no puede ser más errada.

Gracias a un novelista al que admiro, Paul Auster, aprendo que, no sólo Crane escribió muchas más cosas, con un ritmo de creación frenético, alcanzando para sus pocos años de vida una producción increíble, sino que además su relación con las letras era similar a la de otros genios empapados de literatura, capaces de dejar su huella en un tiempo mínimo.

El libro que nos ocupa tiene más de mil páginas. Cumple esa misión de los antiguos libros, llevarnos a un largo viaje, invitarnos a acompañarlo un tiempo largo, más de diez días en mi caso, sabiendo que va a aportarnos algo más que entretenimiento ( lo que tampoco sería malo).

Auster desarrolla su ensayo/ biografía en dos direcciones:

Por un lado esta la obra, la disección de todos y cada uno de los escritos, posicionándolo en el contesto temporal específico. Los analiza, aporta una visión de cada uno, incluyendo siempre algunos retazos. Y sobre todo, nos traslada la capacidad de un autor tan inteligente como comprometido. Un obrero de la literatura. Es tal la pasión, que es difícil no sentirte atraído por algunos de los relatos, y, en mi caso, por esa poesía inesperada y desconocida, agrupada en Los jinetes negros.       

Por otro está la vida, los veintinueve años de este muchacho, llenos de problemas y de aventuras. Lejos de las de escritores que nunca han salido de su entorno. Años como periodista malviviendo de sus pocos ingresos, corresponsal de guerra, Cuba, Grecia, por supuesto sus últimos años en Inglaterra, sus amores y sus amigos, algunos tan importantes en el mundo literario como Joseph Conrad y Henry James. Su temprana muerte.

La  llama inmortal de Stephen Crane nos deja mucha información, mucha pasión y un regusto triste, muy triste. Porque Paul Auster consigue que, poco a poco, vayamos sintiendo que conocemos al protagonista, que compartimos sus andanzas, que empatizamos con sus incorrecciones. Es gracioso que un novelista ducho en la ficción consiga ser tan comprometido con la verdad, alcanzando un nivel de perfección impresionante. Es cierto que puede haber alguna ocasión en que saltarse alguna página, fundamentalmente aquellas que analizan algún texto que no me acaba de interesar. Pero el conjunto es, magnífico, una obra mayor de la literatura, sobre la literatura.

El regalo de un escritor grande y humilde que conoce el placer de admirar.

Lo tengo claro, ya me he comprado La roja insignia del valor ( la había perdido ), y posiblemente lo haga con Los jinetes negros y El monstruo. Creo que Stephen Crane y yo vamos a darle otra oportunidad a nuestra amistad. Gracias a Paul Auster.

Público     

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