Documental
Con la participación entre otros de Stevie Wonder, Nina Simone, BB King, Abbey Lincoln. David Ruffin, The 5th Dimension, Sly and the Family Stone, Hugh Masekela, Mongo Santamaria, Ray Barretto, Cal Tjader, The Pips, John V Lindsay, Gladys Knight, The Chambers Brothers, The Edwin Hawkers Singers, Babatubde Olatunji, Herbie Mann, Max Roach, Mabis Staples, Jesse Jackson, Mons Mabley, Mahalia Jackson.
Disponible en Disney +
En 1969 tuvo lugar el concierto de Woodstock, un acontecimiento que se convirtió pronto en mítico, un canto coral por la libertad, una revolución a través de la música, algo que cambiaría la vida de todos los que estuvieron allí, siendo el germen de una sociedad que desafiaría al sistema.
Al parecer, a pocos kilómetros de allí, se celebró otro en el mismo año, en Harlem, el Harlem Cultural Festival, otro concierto, esta vez alrededor de la cultura y la música afroamericana. Se grabaron todas las sesiones. Y sin embargo, nadie pareció interesado en televisarlo, y lo ocurrido quedó en el olvido.
Mientras tanto Woodstock se convertía en una referencia.
No sé como alguien conoció este material y decidió difundirlo, el caso es que está como nuevo, y sirve para que su director realice uno de los mejores documentales de los últimos años.
La base es por supuesto el material musical, con actuaciones tan brutales como la de Stevie Wonder, Nina Simone y un largo etcétera que consiguen que todos los números sean momentazos. Pero además, Questlove lo combina con otro contenido, como documentos visuales de la época y, sobre todo, testimonios de algunos de los artistas participantes y de público asistente, que con la perspectiva del tiempo, nos cuentan lo que aquello significó, tanto a nivel social y político como personalmente para ellos, y lo dimensiona dentro de un año en el que ocurrían otros muchos cosas, como la llegada del hombre a la luna.
Así, lo que parece comenzar como un acontecimiento artístico, va creciendo con la información que se nos va proporcionando y las pequeñas historias que se van desarrollando a su alrededor , hasta dejarnos claro que el Harlem Cultural Festival fue algo mucho más grande, una reivindicación de la comunidad negra a través de su música. De su singularidad, y , sobre todo, de su orgullo "cuando los negros dejaron de llamarse personas de color para llamarse negros".
El resultado es milagroso. Un derroche de arte y de emociones dentro de una estructura tan meticulosa como inteligente, un material increíble, irrepetible. Y el mensaje que transmite es brutal. Si la música fue entonces un medio para poner en pie a la comunidad afroamericana y hacerle creer en su identidad, el cine toma ahora el relevo para reivindicar lo que se consiguió entonces frente a quienes quisieron que se olvidase.
Cuando veo o escucho historias sobre acontecimientos de participación popular que pudieron cambiar el mundo, echo de menos que mi vida se haya limitado a la comodidad de un mundo sin grandes problemas. También es cierto que posiblemente, el verdadero significado, y un sentimiento sólido, más allá de la epidérmica emoción del momento, precisa de la perspectiva del tiempo, esa que termina poniendo lágrimas en el rostro de ese hombre que, desde el inicio nos ha acompañado para contarnos que él estuvo allí.
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