CINE: DESTELLO BRAVÍO de Ainhoa Rodriguez

 

España 2021

Guadalupe Gutierrez. Carmen Valverde. Isabel María Mendoza.

Cuantas veces hemos leído, e incluso escrito, esa palabra, inclasificable, para hablar de un obra. Seguro que demasiadas y no siempre con acierto ( las palabras pierden su peso cuando se convierten en lugares comunes ). Pues bien, ha llegado el momento de utilizarla con total merecimiento. Clasificar Destello Bravío es un empeño imposible. Ainhoa Rodriguez lo ha conseguido, ha creado una película tan genial como inclasificable.

Lo que voy a intentar , no sé si con éxito, es explicar porque me gusta tanto.

La cinta se abre ante un paisaje amplio perfectamente encuadrado, que fácil mirarlo. Esto es algo que va a suceder en la mayoría de escenas. Sean de exterior o de interior, la visión de los escenarios es siempre trabajada, hermosa y transparente. Ahora toca habitarlas.

Estamos en un pueblo de la España vaciada, perdido en la soledad. Aunque también hay hombres, las historias que nos van a contar, o mejor dicho, dejar atisbar, son de mujeres. E incluso son de mujeres las historias que cuentan esos hombres. De mujeres que sueñan o que simplemente viven y recuerdan cosas que les hacen daño, de mujeres que se intentan escapar, de otras que se enfrentan unas a otras. De mujeres que tienen deseos aunque no entre dentro de su disfraz, y que en algún momento, estarán dispuestas a gozar. Mujeres a las que se maltrata, por supuesto. Porque dentro del surrealismo que parece acompañar la narración de estas pequeñas historias, está siempre la verdad.   

El acompañamiento sonoro es más propio de un thriller de terror. La caligrafía está fragmentada, compuesta de piezas cortas, a veces muy cortas, estas son siempre fascinantes, cuando no por su sencillez, su capacidad de captar la verdad, por su aparente locura, incluso su extravagancia. El conjunto funciona porque el tono es uniforme. 

Personalmente nunca pierdo la textura de lo rural, aunque sus características estéticas y sensoriales sean propias de un cine muy diferente. Y sobre todo, lo que me atrapa es lo que atisbo en lo que se me cuenta, tantas cosas, tantas vidas e historias formadas de intuiciones. El hombre rico, la prostituta y el disparo, la mujer que se adentra en el rio, expulsada por las otras mujeres, la historia del terrateniente y el pastor, la vecina con mentalidad de una niña que graba esas cintas donde habla des destello, que el pastor también parece ver.....

Rodriguez dibuja un lienzo de detalles y brochazos que habría fascinado a Buñuel. Un homenaje libre y rebelde a una forma de vida, de la que, gracias a su mirada, extrae estampas que nos sorprenden a nosotros que creíamos saberlo todo de esas personas a las que mirábamos con cierta superioridad. La directora lo ha conseguido, ahora atisbaremos de forma diferente esos pueblos que vemos a lo lejos desde la carretera, sabiendo que, también allí, podemos encontrar cosas inclasificables.

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