380 páginas
Disponible en ebook.
Ishiguro escribe como nadie sobre la melancolía y la pérdida. Lo hizo en sus primeras novelas, aquellas en las que todos citábamos a Chejov, he incluso en sus piezas más experimentales. Pero sobre todo, la melancolía empapaba Nunca me abandones, una obra que de alguna manera podríamos considerar el antecedente de Klara y el sol.
No sólo las dos se enmarcan en la literatura de ciencia ficción sino que, además, las dos hablan de seres que, sin ser totalmente humanos, cuentan con los atributos de estos y una confusión en lo que se refiere a su relación con los sentimientos.
En este caso, la protagonista, Klara, forma parte de una especie de acompañante para niños y adolescentes, a los que evitarán la soledad. No conocemos o conocemos muy poco de su morfología, pero sí su intimidad, su "alma" sin corromper, lo que les entrega a una bondad innata e ingenua que les lleva a dar sin exigir. Al igual que pasaba con Nunca me abandones, nos cuesta menos empatizar con ellos que con los humanos.
Con forma de fábula sencilla, la novela pone sobre la mesa aspectos muy importantes con la existencia de un alma, algo que verdaderamente distinga a estos androides de las personas , y, en caso de admitir su existencia, si está compuesta de una esencia que verdaderamente nos haga merecedores de nuestra condición.
Ishiguro es escéptico y a nosotros, cuando menos, nos crea la duda.
Público
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