NOVELA: MIDDLEMARCH de George Elliot

 

Varias editoriales

1000 páginas

Disponible en ebook.

Aquellos que leáis este blog con cierta continuidad, sabéis que, de vez en cuando, me gusta acudir a los clásicos. Hay tanto que nos queda por leer, tanto que vamos a perdernos, que estos viajes al pasado por lo menos reducen esa falla.

A veces, incluso consiguen sorprenderme estando por encima de mis expectativas. Este es uno de esos casos.

Tengo que reconocer mi ignorancia sobre la obra de George Elliot y en concreto de Middlemarch. No sé muy bien porque la puse en la lista, la verdad. Posiblemente algún comentario de algún autor al que admiro.

Que acierto.

En Middlemarch he pasado un tiempo muy largo para mi media de lectura, casi cuatro semanas en esta comarca situada en Inglaterra, en la región de los Midlands, como dice su subtítulo, vida de provincias.

Lo primero que sostiene esta novela es su amplia galería de personajes, dibujados con precisión, tanto en su perfil psicológico y estético. Pero sobre todo, envueltos en los usos y costumbres que, con un matiz de ironía, tan bien desarrolla la omnipresente autora.

Alrededor de todos ellos, se va conformando un tapiz muy amplio, compuesto de pequeñas historias que encajan en la construcción social y que, como fondo, hace presentir la situación histórica del país. 

Todo es preciso, la narrativa es transparente, casi como una crónica a pesar de su delicadeza literaria. Perfecta en su desarrollo, cuidadosa con la continuidad y la coherencia. 

Lo más importante es que todo esto, se desarrolla en más de mil páginas, un monumento literario enorme y coherente que no intenta ni necesita efectos, sino que navega siempre dentro de la más absoluta naturalidad. Y lo más sorprendente, que es difícil no apasionarse.

Personalmente he disfrutado todas y cada una de sus paginas, he empatizado con sus personajes, más de una veintena, percibo la voz de su autora cuando pone sobre el papel lo absurdo de la condición femenina de la época o el frecuente error de las convenciones. Sumo Middlemarch a mi lista de libros inolvidables.

Lo dicho: hay que volver de vez en cuando a los clásicos. Si lo son es por algo.

Público

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