Director.-
Enrique Urbizu
Intérpretes.-
Isak Ferriz. Bebe. Jason Fernández. Xabier Deive. Jorge Suqet, Sofía Oria. Pedro Casablanc. Manolo Caro. Luis Callejo. Gines García Millán. José Sospedra.
Duración.-
5 capítulos, 45' c.u.
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Escribí aquí hace tiempo que en mi opinión Urbizu tenía un problema de comunicación. Siendo uno de los mejores directores de nuestro país, no gozaba de la popularidad merecida hasta el éxito de No habrá paz para los malvados, cuando ya había realizado películas tan importantes como La caja 507, Todo por la pasta y La vida mancha ( ¿para cuando una reivindicación de este film excelente?).
Parece que, por fin, poco a poco, se va ganando el reconocimiento popular merecidísimo.
En televisión creo que se estrenó con Gigantes que tenía dos primeros capítulos grandes. Y ahora con Libertad hace una propuesta novedosa, estrenar al mismo tiempo formato serie y formato película en las salas. Yo me he decantado por la serie.
Libertad está protagonizada por La Llanera y transcurre en la sierra andaluza en la injusta España del siglo XIX. Lucía, la protagonista, es una mujer que ha pasado 17 años de su vida en la cárcel donde ha nacido su hijo. Condenada a muerte e indultada en infinidad de ocasiones, canta desde su celda a aquellos que caminan hacia el patíbulo. Es una mujer que carga sobre sus espaldas la sabiduría de tantos años cerca de la muerte, y con un único objetivo: que su hijo disfrute de la libertad que ambos obtienen tras esa larga condena.
En el exterior, la crueldad de los tiranos, la explotación de los desheredados y una pugna entre cuadrillas de bandoleros, entre ellos el Lagartijo, padre del muchacho. Lucía y Juan pronto aprenderán que todavía tendrán un camino largo por delante antes de poder descansar.
Podría pensarse en un Curro Jiménez en versión femenina. Sin embargo, aunque existen semejanzas de contexto, la actitud de Urbizu es muy diferente. Sorprende que un director que ha conseguido sus mayores éxitos en el cine de acción, no aproveche la épica que ofrecía esta historia. Libertad es otra cosa.
En primer lugar, el director dota a su producción de la textura literaria de una leyenda, que sostiene en la narrativa del novelista inglés y la riqueza de los diálogos. Además, opta por contar la historia hacia adentro, llevando a cabo una arriesgada sustitución: épica por melancolía. Sorprende Libertad por las sensaciones que produce, alejadas de lo esperado: serenidad, reflexión, contemplación, evocación... Si la propuesta tiene mucho de western, es sin duda de western crepuscular ( mención de ese fantástico final, homenaje a Centauros del desierto ).
El resultado es magnífico, la narración aprovecha como nunca los paisajes naturales, la grandeza del entorno, a través de grandes planos, pero los llena con el alma de sus personajes y su lucha. Libertad es un grito tan potente como contenido. Un canto a la `propia libertad, a la vida.
Es importante citar el excelente nivel interpretativo general. En especial quiero destacar a dos actores. A Ferriz lo había visto en otras cosas y cada vez me gusta más, es canalla, simpático, peligroso y enamorado, todo en uno. Pero mi sorpresa está en Bebe, a la que sólo conocía como cantante. Su interpretación tiene toda la madurez que necesita su personaje, lo compone de silencios y miradas, de la fuerza del amor maternal y la seguridad de quien ya ha vivido todo lo que puede esperar. Es toda una creación que evita cualquier exceso.
Lo dicho: otro regalo de Urbizu. Y recordándonos que, no sólo es un gran director de cine de acción sino también capaz de ofrecernos otra forma de contarla. No en vano, ya lo he citado antes, hizo La vida mancha, una película sobre el alma de los bandidos cansados.
Público
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