NOVELA: INVIERNO de Ali Smith

 

Nórdica

224 páginas

Disponible en ebook.

Lo primero que hice, antes de comenzar a leer Invierno, fue releer lo que aquí había escrito en referencia a Otoño, la anterior novela de este ciclo de las cuatro estaciones con el que su autora ha conseguido enamorar a la crítica.

Coincidía con lo que recordaba: una novela muy interesante, atractiva, pero poco accesible a veces en su deriva hacia el género del absurdo.

Invierno es diferente y parecida.

Por un lado, está ahí ese tono de extrañamiento y también cuenta con elementos desconcertantes. Y sobre todo, esa mirada que consigue retratar la realidad como si fuese una distopía, y generarnos la inquietud de estar dentro sin apenas ser conscientes.

Pero lo que hace Invierno, para mi, más accesible, es que su simbolismo es más sencillo y su narrativa más elaborada.

Sophia e Iris son dos hermanas que representan dos polos opuestos de vivir y de entender la vida, su antagonismo es tan humano que cuenta con las incongruencias que están dentro de las opiniones de cualquier persona, no hay una buena y una mala, una en posesión de la verdad y otra errada. Hablamos claro está, del Brexit, aunque no se cite explícitamente, y lo convertimos en más que una decisión final, en una forma de habitar el mundo. Entre el liberalismo económico y la militancia social, pero ambas posiciones con sus fisuras.

Nos situamos en el invierno, en concreto alrededor del día de Navidad. El paisaje físico y emocional remite a la familia, a la felicidad hogareña, al tópico. Un escenario adecuado para que la autora nos presente el núcleo familiar, de una forma diferente, con un hijo mentalmente perdido después de una ruptura, y una nueva incorporación que actuará como catalizador, casi el hada de un cuento.

Y de cuento es también la textura en ocasiones, con esos mitos y leyendas, esas obras shakespereanas que componen el magma cultura de todos ellos, la memoria de su país y los elementos comunes que todos han heredado.

La gramática, la arquitectura de la novela, dentro de un marcado tono experimental, es magnífica, ágil, llena de aciertos y propuestas arriesgadas. Preciso y precioso, capaz de conjugar poesía y rigor. Recuerdo que esto ya estaba en Otoño.

Lo que no consigo recordar es si Otoño tenía tanto humor, y, sobre todo, si la autora trataba a sus personajes con tanta ternura como lo hace en esta ocasión. Porque Invierno podría ser incluso un cuento de Navidad, una triste historia de amor, el sueño de alguno de sus personajes. Al tiempo que es, sin duda una excelente novela singular que nos hace esperar con muchas ganas las siguientes entregas de la tetralogía.

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