NOVELA: EL COLOR DE TU NOMBRE de Ara de Haro

 

La Esfera de los Libros

240 páginas

Sé muy poco de historia del arte y muy poco de Pollock ni por supuesto de Lee Krasner, al parecer inspiradora de esta novela y especialmente de uno de sus personajes principales. Llego por lo tanto virgen a esta historia, no tengo expectativas más allá de encontrarme con un buen relato. No voy a buscar los retazos de verdad ni las pistas. Voy simplemente a disfrutar una narración donde el arte tiene un importante papel.

Las protagonistas de la historia son dos mujeres que, aunque pronto se encuentran, mantienen una narración paralela en prácticamente toda la novela. Una, Nieves, está en un momento de ahogo, tras mucho tiempo sin respirar tiene que salir a por aire aunque no sepa bien como. La otra, Kay, nos cuenta su historia pasada, un trayecto inmenso, montada en su inquietud y su talento artístico, que la lleva desde un miserable entorno en América, a las calles de Madrid, pasando por el Nueva York más bohemio.

Cuando  ambas se encuentran, es por supuesto la primera la que necesita ayuda, alguien que le de a su vida el color que necesita. La segunda cumplirá esa misión, pero quizás también ella, sin saberlo, necesita contar su historia y hacerlo desde sinceridad del cariño a su interlocutora.

Es muchísimo lo que ocurre en esta novela, tanto en lo que se cuenta como en los espacios sin completar.  Y sólo en poco más de doscientas páginas. Ara de Haro lo consigue con una decisión arriesgada y generosa, a ver si consigo explicar mi impresión: los hechos se limitan a exponerse en la narración, porque lo que verdaderamente le importa es como afectan al interior de sus personajes, percibimos la intimidad de ambas, de una de ellas narrada en primera persona. Es ahí donde se producen las verdaderas tormentas, los descubrimientos y los cambios. Y ese viaje, esos viajes, uno en el presente y otro en el pasado, son apasionantes.

Me atrapa desde el principio la forma que la autora tiene de contar. Por un lado, esos capítulos dispares pero nunca extensos, que dan muchísima fluidez a la historia, pero, sobre todo, el lenguaje. Hay dos tonos, uno más actual, con más humor, en las páginas dedicadas a Nieves, y otro, mucho más evocador, cuando quien habla es Kay. Aunque no existe desequilibrio, tengo que reconocer que me gustan más las narraciones de la americana, los sentimientos se trasladan a imágenes muy gráficas a través de metáforas tan sorprendentes como precisas, podría decir que, en consonancia con lo que cuenta, me parece una prosa pictórica. Y sus apreciaciones sobre el arte y el mundo del arte son muy inteligentes y nada pedantes, se nota que Ara sabe de lo que habla.

He leído El color de tu nombre en tres días y lo he disfrutado mucho. Otro de sus logros es precisamente la ligereza que consigue transmitir, su levedad que nunca es intrascendencia. Es una obra muy interesante y también hermosa, conocimiento e intuición, inteligencia y sentimientos. Y por supuesto, a pesar de que, como decía al principio, mis conocimientos de historia y teoría del arte son mínimos, una certera reflexión sobre la forma de mirar hacia fuera y hacia dentro. 

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