TEATRO: EL BAR QUE SE TRAGÓ A TODOS LOS ESPAÑOLES de Alfredo Sanzol

 

Director.-

Alfredo Sanzol

Intérpretes.- 

Francesco Carril. Natalia Huarte. Elena González. David Lorente. Nuria Mencia. Jesús Noguero. Albert Ribalta. Jimmy Roca. Camila Viyuela.

Me gusta mucho por lo general el Sanzol escritor. Sus textos beben de la tradición de los hoy injustamente olvidados Mihura, Neville, Jardiel Poncela .... humoristas que tonteaban con el absurdo de forma inteligente, al tiempo que permitían que se colase en sus obras una ternura que podía parecer ingenua.

He disfrutado de sus retratos íntimos y delicados de las personas sencillas a las que siempre otorga su derecho a la felicidad.

El bar que se tragó a todos los españoles, extraño título que, personalmente creo sólo remite a la primera parte de la obra, es su proyecto más ambicioso y, por decirlo de alguna manera, su primer proyecto claramente "histórico".

Nos cuenta una historia al parecer real y que le pilla cerca. Javier Arizmendi es un joven sacerdote navarro que, a los treinta y tres años, descubre que ha perdido la vocación y que su mayor deseo es alcanzar la posteridad mediante su descendencia. El inicio será nada menos que vendiendo aspiradoras en los Estados Unidos. Y por supuesto, todo comienza en un bar donde encontrará a otros españoles. Esa primera parte bascula alrededor de la inmigración, pero con variantes sobre la narrativa tradicional: no es Europa sino USA el destino, y los motivos no son económicos.

El segundo acto es diferente. Javier vuelve a España para impulsar la concesión de la dispensa papal, y en esta hora larga, la trama oscilará entre su historia de amor con Carmen y su viaje a Roma para poder ser libre.

Como decía al principio, creo que esta es su obra más ambiciosa y también en la que vierte más opiniones personales sobre la historia de nuestro país. Y el resultado, lo siento, me parece un texto irregular, poco compacto. Hay mucho del buen Sanzol, del más divertido, al que a veces se le va un poco la mano con la poesía, pero se admite con esa ligereza cómoda y amable que nos hace jugar a su juego. Sin embargo, desde el primer monólogo, el autor incluye comentarios y actitudes políticos sobre la España de la época, la dictadura, también sobre la posición de las mujeres, la iglesia..... y, al margen del contenido, me parece que lastran el desarrollo de la obra sin aportar nada especialmente lúcido. De hecho, el periplo en Roma, aunque gracioso, se me hizo largo. Y todo esto pesa más en una obra que llega a las tres horas.

Ahora hablamos del Sanzol director. A fin de cuentas, conoce el texto mejor que nadie, y lo pone en pie sacándole el mayor parido, Como siempre, opta por un estilo artesanal, con un grupo de actores que parecen un grupo de amigos y que consiguen poner en pie más de cincuenta personajes. En un estupendo escenario móvil convertible, es capaz de pasar por Texas, Madrid, San Francisco, Roma.... sin que nos sentamos perdido en ningún momento. Ya he dicho antes que el texto me frustra un poco, la dirección extrae de él lo mejor.

Difícil cerrar sin citar a sus dos intérpretes principales: Francesco Carril y Natalia Huarte, fantásticos los dos, e inconmensurable el primero. Su Javier es un personaje al que hace bascular entre el comic y el ser humano, omnipresente. a su lado, lo mejor que puede decirse de Huarte es que llega a robarle espacio.

En definitiva, muchas críticas han saludado este bar como una de las grandes piezas de la temporada. quizás yo espere mucho de Sanzol pero lo prefiero íntimo. Hay mucho bueno aquí sin duda, me he reído mucho y me he emocionado a ratos. Pero también he sentido que todo sería más redondo con cuarenta minutos menos. 

Público

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