350 páginas
Disponible en ebook
Carrasco fue un fenómeno literario con Intemperie, una ópera prima que desarrollaba una huida con las hechuras de un western.
Por eso es un poco sorprendente que sus dos siguientes novelas, La tierra que pisamos y Llévame a casa sean tan estáticas.
En este caso, la historia se desarrolla en un pequeño pueblo, Cruces, cercano a Toledo. Allí regresa Juan, el protagonista, con motivo de la muerte de su padre. Ha pasado cuatro años de huida en Edimburgo, con trabajos precarios, buscando un escenario diferente a la reducida vida que había tenido hasta entonces. La vuelta supondrá el reencuentro con su madre anciana, con su hermana Isabel, una mujer de éxito y que hasta entonces se ha ocupado de sus progenitores, y también con sus responsabilidades como hijo.
Llévame a casa es minuciosa en su descripción de los hábitos cotidianos, de las pequeñas cosas y de las relaciones de afectos sencillos. Es lenta y pausada, pudiendo llegar en algún momento a producir cierto cansancio. Pero siempre se disfruta literariamente, está muy bien escrita.
El mayor valor de esta novela es para mi su pulcritud, su ausencia de melodrama, no hay rencores importantes aunque podría haber material para ello, ni la estética del fracaso. Bien al contrario, se puede decir que Jesús Carrasco escribe alrededor de la bondad, del amor que existe en el fondo de las familias, de lo gratificante de ayudar a los demás.
Hermosa historia por lo tanto, que su autor escribe sin complejos, dando espacio al corazón. Y desde esa decisión, contando la vida. Leo que es posiblemente la obra de su autor con mayor carga autobiográfica. No me extraña. Tiene alma de verdad.
Público
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