320 páginas
Disponible en ebook.
Tengo un problema personal con Maryse Condé, esta autora tan valorada internacionalmente y que empieza a ser muy valorada en nuestro país.
Lo primero que leí suyo fue Corazón que ríe, corazón que llora, la primera parte de unas memorias de su infancia en Guadalupe. Es un libro delicado, precioso, pero donde el pulso narrativo sólo aparece al final, en un último párrafo donde asoma el futuro.
Ahora he terminado La vida sin maquillaje, que podría considerarse la continuación de aquellas, donde una mujer adolescente da un salto hacia su propio descubrimiento, lo que culminará con su bautismo como escritora.
Su vida es sin duda apasionante, un conjunto desordenado de viajes y traslados, de hombres y de amistades, de hijos, nada menos que cuatro de diferentes padres.
Lo más destacable en la actitud, es su valentía, teñida del descaro de la sinceridad. En su estilo, sigue regalando ( como en mi primera lectura ) una prosa exuberante y libre, capaz de saltar de un acontecimiento a otro, consciente de si misma.
¿ Que es entonces lo que me impide disfrutarla totalmente? En Condé existe una conciencia comprometida con su negritud, con buscar la identidad de su raza. De hecho, este último libro podría decirse que tiene como guía un viaje de búsqueda, de intentar entender África en su inmensidad. Me parece un sentimiento particular al que no consigo acercarme con suficiente claridad. Y con eso tengo la sensación de estar un poco perdido en lo que nos cuenta.
En fin, probablemente el hecho de que quiera seguir buscándola es muestra de que sé que hay algo que me compensará cuando consiga alcanzarla. Lo intentaré con sus obras de ficción. Seguiremos hablando.
Público
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